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El hipotético cierre de fábricas que planea llevar a cabo Volkswagen podría allanar el camino para la pérdida de más de 15.000 puestos de trabajo, según los analistas de Jefferies.

Recientemente, el fabricante alemán de automóviles ha abierto la puerta al cierre de algunas de sus fábricas en Alemania, los primeros en sus 87 años de historia, al tiempo que ha rescindido varios convenios colectivos en lo que parece el prólogo de una importante ronda de despidos para ahorrar costes. La compañía estudia cerrar entre dos y tres plantas de producción, aunque la cifra podría elevarse hasta las cinco.

En un reciente informe, Jefferies ha indicado que el cierre de dos plantas podría ahorrar hasta 4.000 millones de euros en costes a Volkswagen en el cuarto trimestre. Además, la empresa podría llevar a cabo el cierre de plantas sin la aprobación del Consejo de Supervisión, en el que los trabajadores ocupan la mitad de los asientos.

"A partir de junio de 2025, Volkswagen y sus sindicatos se enfrentan potencialmente a salarios más altos pero a jornadas laborales más largas. Los sindicatos deberían sentirse presionados para alcanzar nuevos acuerdos, mientras que VW estará en posición de forzar los despidos. Existe el riesgo de que se produzcan interrupciones en las plantas, pero los sindicatos solo pueden hacer huelga por cuestiones salariales, no por el cierre de plantas o los despidos si estos últimos no están protegidos contractualmente", detallan estos estrategas

Según ha informado 'Reuters', el director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz, habría reconocido en una reunión ante 25.000 trabajadores que la compañía se enfrentaba a un déficit de demanda de unos 500.000 coches, equivalente a dos fábricas, debido a la contracción del mercado automovilístico europeo tras la pandemia. De igual modo, el directivo habría conminado a sus trabajadores a colaborar con la dirección para recortar gastos y ayudar a la marca a sobrevivir al cambio a los coches eléctricos.

"El mercado no está ahí", apuntó Antliz, al tiempo que subrayó que no esperaba que las ventas se recuperaran y que la compañía tenía "uno, tal vez dos" años para recortar gastos y ajustar la producción. "No hay más cheques procedentes de China", agregó el CEO Oliver Blume, refiriéndose a la caída de los beneficios en el mayor mercado de Volkswagen.

No obtante, los recortes en Volkswagen son más difíciles de llevar a cabo que en otros competidores. A la fuerte presencia de trabajadores en su Consejo de Supervisión hay que sumar que el estado de Baja Sajonia es el segundo mayor accionista de la compañía (11,8% de participación y 20% de derechos de voto), así como la oposición frontal de lossindicatos a los planes de la compañía.

En este contexto, los analistas de Jefferies reafirman su recomendación de 'compra' sobre los títulos de la compañía alemana, a los que otorgan un precio objetivo de 140 euros. Esta valoración refleja un potencial alcista del 52%. Con todo, en este informe reducen su previsión de EBIT y de beneficio por acción (BPA) en un 7% y un 10%, respectivamente, debido a las medidas que deberá tomar la compañía para evitar sanciones relacionadas con la emisión de dióxido de carbono (CO2).

"Las acciones cotizan a 3,2-4 veces los beneficios adjuntos, con un rendimiento del 16% del flujo de caja libre y un valor del talón negativo de 68.000 millones de euros, que ha perdido relevancia si no se acelera el cambio de rumbo de Volkswagen", concluyen desde la firma estadounidense.

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