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La mayoría de los gestores de fondos obtienen malos resultados, así que ¿qué posibilidades tienen los individuos que invierten en los mercados? Es mejor comprar el índice y aguantarlo durante todo el tiempo que estés invertido.

Sin embargo, incluso a más largo plazo los inversores deberían ajustar sus carteras cuando los precios están muy alejados de la realidad (la burbuja de las puntocom o el estallido del COVID o los bonos con un rendimiento cercano a cero). La cuestión es cómo decidirlo.

El modelo de la Reserva Federal Americana (Fed) intenta comparar las acciones con los bonos, contrastando los beneficios por acción divididos por el precio sobre el interés de los bonos. Esta técnica se utiliza comúnmente para determinar si las acciones son caras o baratas en comparación con la alternativa más segura, los bonos del Tesoro. En este momento, el modelo de la Reserva Federal sugiere que las acciones están muy caras. Pero han llegado a estar incluso más caras todavía hace más de un mes antes de que los tipos de interés a 10 años cayeran bruscamente, es cuando el S&P 500 estaba en su punto más caro en relación con los bonos desde el año 2002.

El modelo de la Reserva Federal utiliza las mismas previsiones de beneficios que los analistas. Aunque el modelo también ha enviado algunas señales verdaderamente terroríficas generando grandes pérdidas a sus seguidores, como la de noviembre de 2007, cuando sugirió que las acciones estaban en su nivel más bajo en comparación con los bonos desde que comenzaron a recopilarse datos en 1985. Con la recesión provocada por la crisis financiera mundial a un mes de distancia, podríamos afirmar que ese fue uno de los peores momentos de la historia para comprar acciones y vender bonos del Tesoro. El modelo, no es infalible...

La realidad para los inversores minoristas es que deberían ignorar las oscilaciones diarias de los mercados que obsesionan a los profesionales y limitarse a comprar y mantener acciones. Esa es su ventaja frente a los profesionales, no tener que mirar el precio todo el tiempo, ni todos los días; ni siquiera lo tienen que mirar todos los años.

Esto se podría aplicar al mercado en su conjunto: si compra cuando las valoraciones no ofrecen un buen margen de seguridad no se debería sorprender si su cartera no tiene una buena rentabilidad. ¡Y ojo! Porque actualmente no hay mucho margen de seguridad.

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