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Se acerca la reunión de julio del Banco Central Europeo (BCE). Después de que en su anterior encuentro el organismo acordara recortar los tipos de interés, ¿seguirá con las bajadas o se tomará una pausa? Los expertos de Danske Bank se decantan por lo segundo y aseguran que "debería ser una reunión de balance y, en consecuencia, relativamente tranquila para los mercados".

Las actas de junio revelaron las dudas de algunos miembros del Consejo de Gobierno con las bajadas de tipos ante la expectativa de que los riesgos para las perspectivas de inflación estaban sesgados al alza.

Además, el documento señala que, "en vista de la continua incertidumbre en torno al proceso desinflacionario y de la accidentada trayectoria que se avecina" se consideró importante mantener un "enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción".

"No debería haber ningún compromiso previo respecto de una trayectoria de tipos de interés en particular, de modo que se pueda mantener la plena opcionalidad", añaden las actas.

Desde entonces, ha habido pocos datos nuevos, únicamente "una cantidad limitada de nuevos datos económicos y es poco probable que estos datos hayan cambiado significativamente la perspectiva del BCE sobre la economía y, en consecuencia, su postura política", apuntan los analistas, que ven "poco probable" que estas publicaciones hayan hecho cambiar de opinión al BCE.

"Las perspectivas se moderaron ligeramente debido a que los PMI y las cifras de producción industrial de la zona euro fueron más débiles de lo esperado. Sin embargo, las tasas de inflación básica superiores a las esperadas probablemente contrarresten esto en términos de la postura política y, por lo tanto, aún persisten preocupaciones sobre el ritmo del progreso inflacionario hacia la meta", dicen.

Por ello, creen que el BCE utilizará la flexibilidad para esperar datos adicionales sobre inflación y, específicamente, datos sobre crecimiento salarial, productividad y ganancias, "antes de alterar su comunicación o su postura política. Por tanto, la reunión de julio debería ser una reunión de balance y, en consecuencia, relativamente tranquila para los mercados".

En este sentido, las previsiones del mercado se dirigen hacia recortes en los tipos de interés por parte del BCE de 40 puntos básicos de recortes de tipos este año, destacan en Danske Bank. Así, esperan que la reunión de junio sea "para hacer balance de la información entrante y una discusión de los datos de las encuestas y no una razón para enviar señales de política mientras esperan información clave".

También prevén que el BCE mantenga su enfoque dependiente de los datos y reunión por reunión: "Nuestra base de no recorte de tipos en septiembre sigue siendo válida y se basa en una combinación de la fortaleza del mercado laboral, una inflación subyacente rígida y la recuperación del crecimiento de la zona euro", aunque creen que un riesgo clave es si la Reserva Federal de EEUU (Fed) recortará los tipos en septiembre y si esto puede o no agregar presión para recortar también, "a pesar de la pegajosa inflación subyacente".

"Consideramos que el argumento del recorte de tipos de septiembre es más convincente en EEUU que en la zona euro", concluyen.

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