Tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca todas las miradas están puestas sobre China. Su promesa de campaña de imponer aranceles del 60% a las importaciones ha disparado las preocupaciones sobre su impacto en un momento en el que el país se enfrenta a un panorama económico complicado. Pero el gigante asiático se está preparando para la batalla.
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Trump 2.0 y sus implicaciones en la economía global: de los aranceles a la Fed"Se espera que las autoridades chinas anuncien nuevas medidas para apoyar las compras estatales de pisos no vendidos y recuperar terrenos residenciales no desarrollados de los promotores, así como inyecciones de capital para los grandes bancos estatales. Sin embargo, aún no se conocen detalles sobre el tamaño o el momento de estas medidas", indican desde el centro de inversiones de Deutsche Bank.
Del mismo modo, los mercados estarán atentos a la Conferencia de Trabajo que se celebrará en diciembre para obtener indicaciones sobre medidas específicas "para impulsar el consumo y el apoyo fiscal para compensar la posible disminución de la demanda externa debido a los aranceles bajo el régimen Trump 2.0".
Y todo ello después de la "decepción" que supuso el último plan de estímulos de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para aliviar la carga de deuda de los gobiernos locales, pero en el que no se proporcionó ningún apoyo directo al consumo.
"Los mercados creían que se iban a anunciar más recortes de impuestos sobre la renta o programas de apoyo al consumo. Sin embargo, no se mencionaron. El Ministerio de Finanzas solo proporcionó una orientación de que los programas de permuta actuales continuarían el año que viene", explican desde la entidad.
Asimismo, los inversores confiaban en que se darían a conocer medidas adicionales para apoyar a los gobiernos locales en la compra de promociones inmobiliarias no vendidas, aunque tampoco hubo anuncios en este sentido.
"Los recursos financieros del gobierno local son actualmente escasos, con restricciones a los préstamos y al gasto como resultado de sus altos niveles de deuda. Con los programas de permuta de deuda acelerando a toda velocidad en los próximos trimestres, las medidas actuales de desinversión inmobiliaria podrían implementarse mejor", señalan en Deutsche Bank.
En este sentido, el PMI manufacturero de NBS de China volvió al territorio expansivo en octubre, hasta 50,1 puntos, después de cinco meses consecutivos de contracción, mientras que tanto el PMI manufacturero Caixin como el de servicios se mantuvieron en verde.
Por otro lado, se prevé que el crecimiento de las ventas minoristas aumente hasta el 3,8% y la producción industrial mejore hasta el 5,5% en octubre, gracias a una mayor adopción de los programas de renovación de aparatos electrónicos y automóviles.
No obstante, y en ausencia de un paquete fiscal que apoye directamente el consumo, para los estrategas es probable que la recuperación se limite a ciertos productos y que siga siendo desigual.
"Muchas empresas europeas de bienes de lujo, bienes de consumo básico en EEUU y empresas industriales han señalado una demanda débil en China en sus informes de beneficios del tercer trimestre. Sin embargo, las empresas siguen invirtiendo en China, ya que esperan que la debilidad sea cíclica en lugar de estructural", comentan en Deutsche Bank.
INCERTIDUMBRE EXTERNA
El crecimiento de las exportaciones de China alcanzó un máximo en 20 meses del 12,7 % anual en octubre, lo que podría atribuirse al aumento de las expectativas de posibles aranceles de EEUU y Europa. "Esto podría llevar a una mayor carga sobre las exportaciones de los fabricantes chinos antes del anuncio y la implementación de nuevos aranceles", añaden los expertos.
Las exportaciones de otras economías asiáticas se moderaron en octubre probablemente debido al aumento de la competencia de las exportaciones chinas más baratas. "Las economías asiáticas también están empezando a tomar represalias iniciando investigaciones antidumping que podrían conducir a aranceles más altos, especialmente sobre bienes como el acero, con el fin de proteger sus industrias. Por lo tanto, es probable que la fortaleza de las exportaciones para sostener la economía frente a un entorno de demanda nacional desafiante sea de corta duración", subrayan.
PRESIÓN SOBRE LAS DIVISAS
En lo que respecta a las divisas, el yuan se ha depreciado un 1,1 % frente al dólar estadounidense este año, con el cable USD/CNY actualmente en 7,18 debido a la ampliación del diferencial de tipos de interés con EEUU.
Con este contexto, y a pesar de que la Reserva Federal (Fed) ha iniciado su ciclo de recortes de tipos es probable que la presión sobre la divisa china continúe debido a la inminente política arancelaria.
De hecho, en Deutsche Bank recuerdan que en 2018, cuando el gobierno de Trump introdujo aranceles sobre las importaciones chinas, el Banco Popular de China (PBoC) permitió que la divisa se depreciara un 5,7% durante el año, lo que ayudó a compensar parcialmente el impacto de los aranceles al hacer que las exportaciones fueran más competitivas.
"En el escenario actual, el PBoC tendrá que realizar un acto preciso de equilibrio, ya que una nueva depreciación del CNY podría conducir a mayores salidas de capital con un sentimiento ya frágil", agregan.
¿MEJORARÁ EL SENTIMIENTO DE LAS BOLSAS?
En definitiva, y si bien es posible que el estímulo fiscal anunciado no apoye el sentimiento de la renta variable china, como ocurrió a finales de septiembre, debido a la lenta aplicación de las medidas por parte de los reguladores, los analistas se decantan porque la mejora de los fundamentales económicos podría empezar a desempeñar un papel más importante en el apoyo al mercado.
"Creemos que la renta variable china podría seguir experimentando volatilidad en las próximas semanas, ya que el mercado está midiendo la aplicación de medidas de estímulo por parte de los responsables políticos", concluyen en Deutsche Bank.