
El banco central de Suecia (Riksbank) ha decidido este jueves mantener sin cambios la tasa de referencia en el 2,25% y estima que seguirá en este nivel en el futuro. "El Riksbank sigue de cerca la evolución de la situación y actuará si las perspectivas de inflación y actividad económica así lo requieren", ha indicado en su comunicado.
Los acontecimientos globales desde la reunión de política monetaria en enero han sido "dramáticos", ha dicho el organismo. Principalmente, la reconfiguración de la política comercial y el fuerte aumento del gasto en defensa en Europa, tras el cambio en la situación de seguridad, son factores clave para la evolución económica. Este giro de los acontecimientos tiene "cierto impacto en las previsiones del Riksbank, pero existe una considerable incertidumbre".
La inflación ha sido más alta de lo esperado y el banco central de Suecia estima que se mantendrá entre el 2% y el 3% durante el resto del año. Esto se debe principalmente a una contribución inusualmente grande del llamado efecto de la canasta del IPC y al rápido aumento de ciertos precios de los alimentos. Un efecto de la canasta del IPC más normal, menores incrementos en los precios de los alimentos, una corona sueca más fuerte y expectativas de inflación estables contribuirán a que la inflación se estabilice cerca del 2% el próximo año. La economía sueca se encuentra en una fase de recuperación, pero la mejora en el mercado laboral tomará más tiempo, ha dicho el Riksbank. En general, las perspectivas de inflación y actividad económica siguen en gran medida intactas, lo que sugiere continuar con el plan de política monetaria previamente comunicado.
Por ello, el Comité Ejecutivo ha decidido mantener sin cambios la tasa de referencia. La previsión para la tasa de referencia también se mantiene sin cambios desde diciembre, lo que implica que se espera que permanezca en su nivel actual.
Varios factores podrían afectar las perspectivas de inflación y actividad económica, y con ello la política monetaria en el futuro. Existen riesgos relacionados con la evolución económica en el extranjero, así como con la actividad económica en Suecia y el tipo de cambio de la corona sueca, lo que podría hacer que la inflación sea más alta o más baja de lo esperado. Se considera que el aumento de la inflación a principios de año es temporal. Sin embargo, el Comité Ejecutivo permanece atento a posibles efectos de contagio que podrían impedir que la inflación disminuya según lo previsto. "La incertidumbre en el extranjero es excepcionalmente alta debido al conflicto comercial en escalada y al rápido cambio en la situación de seguridad. También existe una incertidumbre significativa en torno a la demanda interna, incluyendo el consumo de los hogares, la inversión empresarial y el impacto del aumento del gasto en defensa sobre la economía".
"La política monetaria tiene un enfoque prospectivo, pero se aplica con cautela. El Riksbank monitorea de cerca la evolución de la situación y actuará si las perspectivas de inflación y actividad económica así lo requieren", concluye el banco central.