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El bitcoin (BTC) y las criptomonedas se encuentran en plena fiebre alcista. Los criptoactivos se han disparado desde la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos, ya que el mercado espera que el presidente electo impulse normas favorables para el sector. No obstante, no todo el mundo es tan optimista con las perspectivas de esta clase de activos.
El 'think tank' de criptomonedas Coin Center ha advertido en una publicación que, aunque una victoria de Trump será positiva para la industria estadounidense de las criptomonedas, hay algunas políticas muy arraigadas que podrían seguir alejando a los inversores y a los innovadores del país.
"Anticipamos que podría ser más fácil lograr una buena política en áreas como la regulación de valores y la banca, con el potencial de establecer reglas más claras sobre los mercados secundarios centralizados y los emisores centralizados de 'stablecoins'. El panorama es menos claro en cuestiones de lucha contra el lavado de dinero, informes fiscales y sanciones", reconocen estos expertos.
Según Coin Center, los últimos años han estado llenos de "graves amenazas" a "las libertades de los usuarios y desarrolladores individuales de criptomonedas". El 'think tank' destaca que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) ha adoptado una postura "excesiva" y se ha acercado "más y más a regular directamente a desarrolladores y usuarios en su nueva definición de intercambios", al tiempo que destaca sus acciones de cumplimiento contra proveedores de billeteras como Metamask de Consensys y Coinbase Wallet, entre otros.
En este sentido, los analistas prevén que el sector se vea beneficiado por la renuncia del presidente del regulador, Gary Gensler, facilitando así el nombramiento de una nueva cabeza para el regulador más afín al nuevo presidente y sus políticas. Gensler ha sido conocido, entre otros motivos, por su fuerte postura anticriptoactivos, demandando a numerosas empresas y estableciendo un enfoque de regulación por aplicación de la ley durante su mandato. Entre los nombres que suenan para suceder a Gensler se encuentran Mark Uyeda y Hester Peirce, dos reconocidos defensores de las criptomonedas.
Asimismo, Coin Center identifica tres "grandes" problemas para el ecosistema de criptomonedas estadounidense: las obligaciones de reporte 6050I, sanciones contra Tornado Cash, obligaciones de reporte para corredores y juicios por transmisión de dinero no autorizada para desarrolladores no custodiales. "Mientras tanto, en el Congreso, hemos luchado contra proyectos de ley que imponer obligaciones de vigilancia injustificadas a desarrolladores no custodiales, como los proyectos de ley CANSEE y DAMLA", agrega el 'think tank.
En primer lugar, Coin Center considera "inconstitucionales" los requisitos de reporte de criptomonedas bajo la Sección 6050I del código tributario de EEUU. Estos obligan a realizar informes sin orden judicial al Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) para aquellos que hayan recibido 10.000 dólares en criptomonedas.
De igual modo, el 'think tank' considera que las sanciones impuestas contra el fundador de Tornado Cash, Roman Storm, podrían sentar un preocupante precedente para los desarrolladores de servicios criptográficos no custodiales. "Argumentos que las leyes de sanciones no le otorgan al Tesoro el poder de prohibir a los estadounidenses usar herramientas, como contratos inteligentes inmutables, que no son ni personas extranjeras ni su propiedad", apuntan.
"A nivel de agencias, hay razones para creer que las polémicas regulaciones en curso serán congeladas o incluso abandonadas debido a la postura generalmente procripto de Trump y a sus posibles nombramientos para la SEC y el Tesoro. Eso sería uniformemente positivo, ya que la redefinición de intercambios de la SEC y la regla de corredores de la IRS para desarrolladores no custodiales son espadas sobre nuestras cabezas", agrega Coin Centar.
"Seguimos siendo optimistas de que podría haber avances aquí si se hace cada vez más evidente que, incluso con una SEC más amigable, las políticas draconianas de vigilancia y control seguirán alejando a los innovadores de EEUU, enfriando el desarrollo y negando a los estadounidenses comunes los beneficios de estas tecnologías (todo mientras hacen muy poco para evitar que criminales y terroristas las usen)", sentencia el 'think tank'.