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El bitcoin (BTC) y las criptomonedas siguen sin reaccionar. La criptomoneda reina ha caído más de un 6% desde los máximos anuales registrados el pasado 7 de enero y ha arrastrado consigo al resto del mercado. Según Javier Molina, analista sénior de mercados de eToro, BTC "está en una encrucijada, con un mercado que refleja tanto ambición como cautela".
Este experto recuerda que 2025 se presenta como un año "crucial" para el ecosistema de los activos digitales, ya que hay numerosos catalizadores potenciales en el horizonte. Quizás el más importante tenga que ver con el Gobierno de Donald Trump y sus planes en materia de criptoactivos, especialmente si lleva a cabo su promesa de crear una reserva estratégica de bitcoins en Estados Unidos. Según Molina, esto podría marcar un "hito" relevante en la historia de estos activos, aunque su impacto "dependerá del enfoque y la ejecución".
Y es que el bitcoin está entrando en su cuarto ciclo histórico, uno "tradicionalmente alcista", pero también plagado de riesgos "importantes". Uno de los que más, apunta Molina, es su correlación con las bolsas, especialmente con el sector tecnológico, que podría arrastrar al mercado cripto en caso de una corrección.
En este sentido, las perspectivas de menos recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) aparecen como la mayor amenaza para los criptoactivos. En su reunión de diciembre, el banco central estadounidense redujo a la mitad su previsión de recortes para 2025 hasta solo 50 puntos básicos (pb) debido al temor que despertaron los efectos que puedan tener en la inflación y en el crecimiento económicos los planes de Trump. Según la herramienta FedWatch de CME, el mercado prácticamente no espera ningún recorte en las tres primeras reuniones de la Fed, programadas para enero, marzo y mayo.
A ello hay que sumar que la temporada de presentación de resultados comienza esta semana está generando "grandes expectativas", tanto para bien como para mal, ya que los riesgos a vigilar son "tanto estructurales como coyunturales". Entre los principales desafíos que identifica Molina están lo que depararán las tensiones comerciales y las políticas fiscales. "Un aumento del 5% en tarifas podría reducir los beneficios del S&P500 entre un 1% y un 2%, mientras que una reducción de un punto en la tasa impositiva doméstica incrementaría los beneficios en un 1%. Además, los comentarios de las empresas sobre estos temas serán cruciales para entender su impacto", apunta.
"A pesar de los buenos pronósticos, las empresas deberán lidiar con múltiples riesgos. Con valoraciones altas y rendimientos elevados, el margen para superar expectativas es reducido, y los inversores serán especialmente sensibles a cualquier decepción en las ventas, que son un reflejo directo de la salud operativa. Además, el dólar fuerte representa un obstáculo para las multinacionales estadounidenses, ya que aproximadamente el 30% de las ventas del S&P provienen del extranjero", añade Molina.
Otro factor que vigilar será el comportamiento de los bonos del Tesoro, que en los últimos días se han disparado. Los rendimientos a largo plazo, que han superado el 5%, podrían aliviar la presión sobre las acciones si comienzan a descender, pero un aumento sostenido complicaría aún más el panorama para los mercados.
Por otro lado, apunta Molina, los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) de Bitcoin al contado "están ganando tracción", y se espera una demanda institucional "significativa" en los próximos meses. Paralelamente, el uso de bitcoin en finanzas descentralizadas (DeFi) y como colateral "sigue creciendo, aunque no sin desafíos regulatorios y técnicos". "Con esos avances y una creciente convergencia con las finanzas tradicionales, este año tiene el potencial de ser transformador, aunque no está exento de riesgos que deben vigilarse de cerca", agrega.
Desde un punto de vista técnico, Molina apunta que el bitcoin se encuentra en "un punto clave" de su evolución. "Esta pausa técnica no es más que el reflejo de un mercado que toma un respiro después de fuertes subidas, pero que también deja entrever la incertidumbre sobre cuál será el próximo movimiento del activo digital más relevante del mundo", explica.
"Esos 95.000 dólares actúan ahora como resistencia principal y se necesita superar para mantener el impulso positivo. Por el contrario, el soporte inmediato se encuentra en los 90.000, una zona que ha demostrado ser un piso confiable en la última etapa de consolidación. En caso de perder este nivel, el siguiente soporte importante se ubica en los 75.000 dólares, un punto que coincide con el inicio del último rally y que será clave para evaluar la fortaleza del mercado en caso de una corrección más profunda. En cualquier caso, el interés por bitcoin sigue siendo un termómetro del apetito por el riesgo en los mercados globales, y su evolución será clave para entender hacia dónde se dirige el ecosistema de las criptomonedas" sentencia Molina.