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Extractores de petróleoGRUPO MOURE

El desplome del petróleo es, sin duda alguna, una de las historias de esta aciaga semana en los mercados. El crudo cerró este viernes una de las peores semanas de su historia reciente, cayendo hasta niveles no vistos desde 2021, en plena pandemia de coronavirus. El 'oro negro' está empezando a sufrir en sus carnes el impacto de la guerra comercial auspiciada por Donald Trump y ese ha sido motivo suficiente para que Goldman Sachs recorte drásticamente su opinión sobre el crudo.

En un reciente informe, el gigante bancario estadounidense asegura que ya no pronostica "un rango de precios para el petróleo", pues es probable que la volatilidad de los precios se mantenga "elevada" debido al mayor riesgo de recesión de la economía estadounidense y global.

En concreto, Goldman Sachs reduce sus previsiones para el crudo Brent y para el barril de WTI en 5 dólares, hasta los 66 y 62 dólares, respectivamente. "Nuestras previsiones de precios promedio anual ahora son de 69 y 66 dólares para el Brent y el WTI, respectivamente, en 2025 y de 62 y 59 dólares en 2026, lo que está 4 dólares por debajo de los promedios anuales implícitos en la curva a futuro para 2026", explican.

El consejo es todavía más alarmante si se tiene en cuenta de dónde venía Goldman Sachs. Y es que, a principios de año, la firma veía al crudo moviéndose entre los 70 y los 85 dólares, un rango de precios que definía como su "punto ideal" ('sweet spot', en inglés).

De hecho, estos expertos ajustaron al alza sus previsiones para el precio promedio del Brent en 2025 y 2026 a 78 y 73 dólares, respectivamente, y pronosticaron que alcanzaría un máximo de 80 dólares entre abril y mayo de este mismo año. Todo eso ha quedado completamente olvidado.

MÁS ARANCELES, MÁS PROBLEMAS

El motivo de este ajuste no ha sido otro que la guerra comercial que ha arrancado esta semana. Este pasado miércoles, el presidente estadounidense Donald Trump impuso aranceles recíprocos a más de un centenar de países, con tasas que parten del 10% y que se elevan en función del territorio afectado.

La maniobra de la Casa Blanca generó un movimiento de aversión al riesgo en los mercados, al tiempo que socios comerciales como la Unión Europea o Canadá prometían tomar medidas de represalia contra Washington. Sin embargo, todo estalló el pasado viernes cuando China anunció que impondría un arancel del 34% a partir del 10 de abril a todos los productos de Estados Unidos, así como una restricción a la exportación de una serie de materiales raros con efecto inmediato.

En este contexto, las advertencias sobre una recesión económica son cada vez más numerosas y, sobre todo, más grandes. Mohamed El-Erian afirmaba recientemente que los riesgos de recesión en EEUU se habían vuelto "incómodamente altos", mientras que firmas como la propia Goldman Sachs y Deutsche Bank elevaron las probabilidades de que la economía global entre en crisis. A su vez, S&P se ha mostrado más cauto y afirma que no ve a la economía estadounidense entrando en recesión en los próximos 12 meses, pero sí reconoce que los riesgos han aumentado. Más drástico ha sido JP Morgan, cuyos analistas han elevado hasta en 20 puntos porcentuales, hasta el 60%, la probabilidad de que la economía entre en crisis ante los shocks macroeconómicos que se darán en las próximas semanas. "Habrá sangre", alertan.

Es por ello que los economistas de Goldman Sachs han reducido sus expectativas de crecimiento global para 2025 y 2026 en 0,2 puntos porcentuales para cada uno de estos años. Esto, asumiendo que la energía permanecerá exenta de estos aranceles; en caso contrario, la caída del PIB global podría ser mayor.

"Las revisiones a la baja en el crecimiento son grandes en EEUU y Asia (excluyendo China), más moderadas en Europa, mientras que nuestros economistas para China mantienen su previsión de crecimiento del 4,5% para 2025, ya que los aranceles más altos de EEUU probablemente llevarán a un mayor estímulo de la política interna", explican desde Goldman Sachs.

Y si el PIB baja, la demanda de petróleo también lo hará. "Basándonos en estas revisiones del PIB, hemos reducido nuestras previsiones de demanda global de petróleo en casi 0,4 millones de barriles diarios (mb/d) en el cuarto trimestre de 2025 y en 0,5 mb/d en el cuarto trimestre de 2026", apuntan.

Ahora, Goldman Sachs espera que la demanda global de petróleo crezca "solo" entre 0,6 y 0,7 mb/d en 2025 y 2026 frente a los 0,9 mb/d previstos con anterioridad. Asimismo, y dado el alto riesgo de recesión, la firma considera los riesgos para la demanda de petróleo siguen clarísimamente inclinados a la baja.

LA CUESTIÓN DE LA OPEP+

Otro de los factores por los que Goldman es bastante negativo con el petróleo tiene que ver con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Recientemente, el cartel petrolero y sus aliados, conocidos colectivamente como OPEP+, de adelantar los planes de aumento de producción. El grupo ahora apunta a añadir 411.000 barriles por día (bpd) al mercado en mayo, frente a los 135.000 bpd previamente planificados.

Además, los ocho países que anunciaron ajustes voluntarios adicionales en abril y noviembre de 2023 (Arabia Saudí, Rusia, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajstán, Argelia y Omán) "confirmaron su intención de compensar completamente cualquier volumen sobreproducido desde enero de 2024 y de presentar planes de compensación anticipada actualizados a la Secretaría de la OPEP antes del 15 de abril de 2025".

Esto, explica Goldman Sachs, refleja dos factores. Primero, que los inventarios de crudo siguen bastante bajos. Segundo, que el mercado está cambiando de un escenario en el que la OPEP apoyaba los balances de corto plazo a uno más orientado al largo plazo, enfocado en "respaldar el cumplimiento interno y disciplinar estratégicamente la oferta no-OPEP".

"El mayor aumento en mayo contribuye con 2-3 dólares a nuestra revisión a la baja en el precio de diciembre de 2025. Nuestra previsión también incorpora la respuesta estabilizadora de la oferta no-OPEP y la demanda a precios más bajos, lo que representa un impacto de 1 y 8 dólares en los precios de diciembre de 2025 y 2026, respectivamente", agregan.

Por un lado, Goldman opina que la oferta de la OPEP+ podría aumentar más si los incrementos de producción adicionales son mayores o si continúan después de julio. Por otro lado, la oferta de la OPEP+ podría ser menor en un escenario de adelanto, donde los incrementos de producción terminan en mayo (por ejemplo, si el panorama del PIB global se debilita aún más para principios de mayo) o si el cumplimiento mejora más de lo previsto, ya sea a través de planes de compensación efectivos o de reducciones en los flujos de oleoductos desde Kazajistán a través de terminales rusas.

CONCLUSIONES

Con todo esto presente, Goldman Sachs no ve demasiados motivos para ser optimista con el crudo. Y es que, según estos expertos, el riesgo alcista a corto plazo en los precios por una menor oferta autorizada "probablemente también ha disminuido", ya que la OPEP ha demostrado "su flexibilidad para implementar rápidamente grandes aumentos de producción".

Asimismo, si bien la volatilidad implícita ha aumentado, estos analistas creen que sigue estando muy infravalorada. "Comprar protección contra una mayor caída de los precios a mediano plazo sigue siendo atractivo para los productores de petróleo (por ejemplo, a través de estrategias de tres vías), y las opciones de venta ('puts') o 'spreads' de 'puts' siguen siendo una cobertura atractiva contra la recesión para los inversores macroeconómicos. El aumento de los riesgos a la baja para la demanda también refuerza nuestra recomendación de que las refinerías cubran márgenes diferidos de productos refinados", explican.

Específicamente, explica Goldman, vender una opción de compra sobre WTI a 75 dólares/barril para junio de 2026 para financiar la compra de un 'spread' de opciones de venta WTI a 55/45 dólares para junio de 2026 "puede ejecutarse casi sin costo, ya que esta estrategia monetiza oportunistamente el reciente repunte en la volatilidad".

Por técnico, el crudo Brent ha perforado el soporte del corto plazo. "Para las próximas sesiones parece muy probable que podamos acabar viendo un ataque al soporte de los 69,75 dólares, mínimos anuales. Mucho cuidado con el abandono de este nivel de precios ya que, si lo termina perdiendo, es muy probable que podamos ver una extensión de las caídas hasta el nivel de los 60 dólares o incluso hasta los 50 dólares", explica César Nuez, analista de Bolsamanía.

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