Iberdrola ha desembarcado en Australia con una emisión de bonos verdes de 750 millones de dólares australianos (cerca de 460 millones de euros). Se trata de la primera empresa española no financiera en realizar una emisión en este mercado denominado como 'kanguroo'.
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En concreto, la emisión se ha realizado en dos tramos: 350 millones de dólares australianos (215 millones de euros) a seis años y 400 millones de dólares australianos (245 millones de euros) a 10 años.
Ha tenido una demanda que alcanzó los 2.100 millones en su conjunto, lo que implica una sobresuscripción de 2,8 veces. El coste medio ponderado de la operación ha quedado fijado por debajo del 5,65%, para una vida media superior a los siete años.
Esta emisión ha captado el interés de más de 80 inversores con una visión a largo plazo, entre los que además de los australianos han destacado los inversores asiáticos. Además, predominan especialmente los comprometidos con el ESG, gracias al carácter verde de la operación, que financiará futuras inversiones en el país en el negocio renovable.
Esta emisión supone la séptima operación pública en el mercado en lo que va de 2024. La primera fue la del bono híbrido de 700 millones de euros emitido en enero; la segunda, en el mercado suizo por 335 millones de francos a finales de junio; la tercera, el bono sénior por importe de 750 millones de euros emitido en julio; la cuarta se efectuó en agosto, cuando Iberdrola colocó 525 millones de dólares (490 millones de euros) a través de la filial estadounidense; la quinta tuvo lugar el pasado 23 de septiembre, cuando colocó 2.150 millones de euros en la mayor emisión de deuda sénior de su historia, y la sexta hace justo un mes cuando la compañía cerró su primer bono verde en libras en los últimos 15 años por importe de 500 millones (595 millones de euros) con fuerte apoyo de los inversores.