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Este miércoles, Reino Unido presenta su Presupuesto de Otoño, el primero para el nuevo Gobierno laborista de Keir Starmer. ¿Qué se espera de él? Los analistas creen que las nuevas cuentas públicas incluirán "inevitables" aumentos de impuestos y se preguntan si conseguirán mitigar las preocupaciones del mercado sobre un mayor endeudamiento británico.

La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, presentará el primer presupuesto laborista en 14 años y ya ha advertido de que implicará "decisiones difíciles". De hecho, cuando accedieron al poder en julio, aseguró que su partido había "heredado el peor conjunto de circunstancias desde la Segunda Guerra Mundial".

Aunque, eso sí, ha matizado que "no habrá retorno a la austeridad", con lo que todo parece indicar que los gastos necesarios se financiarán con impuestos.

Este pasado fin de semana, Starmer explicaba que el nuevo Presupuesto supondrá tomar "un camino diferente" con "decisiones honestas, responsables y a largo plazo en beneficio de los trabajadores". Reiteraba también que la situación en la que se encuentra Reino Unido supone una "circunstancia sin precedentes".

Según sus palabras, será "un plan económico que cambiará para mejor la trayectoria a largo plazo del crecimiento británico". ¿Qué incluirá? Los expertos ven claro que se anunciarán subidas de impuestos.

"El Partido Laborista puede descubrir que no tiene otra opción que aumentar tanto el gasto diario como el de capital, pero conseguir los ingresos necesarios se ha vuelto considerablemente más difícil debido a las promesas electorales del Partido Laborista, que descartaron aumentos de impuestos para los trabajadores", comentan en ING, donde ven que, "lamentablemente, eso es una ilusión".

Como explican, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica (OBR) probablemente llegará a la conclusión de que es poco probable que el repunte del crecimiento de este año perdure. Y tampoco hay vientos de cola evidentes en los mercados financieros.

"La inflación más alta y, más recientemente, las proyecciones de intereses de la deuda más bajos otorgaron al gobierno conservador anterior el margen para realizar recortes significativos de impuestos a los ciudadanos. Esta vez no hay tanta suerte", aseguran. Hay que recordar que las normas del Tesoro establecen que se debe proyectar que la deuda, como porcentaje del PIB, caerá en un plazo de cinco años. En el Presupuesto de Primavera esa norma se cumplió por un margen mínimo.

"La simple realidad es que cualquier gasto adicional debe financiarse mediante impuestos o préstamos", añaden los expertos. Se preguntan hasta qué punto aumentarán los impuestos para satisfacer las necesidades de gasto, dado que creen que tal vez no baste con permitir que el gasto aumente con la inflación.

"Pase lo que pase, significa que el Gobierno va a recaudar más dinero del que dijo que recaudaría en las elecciones generales. Los posibles cambios en los impuestos sobre las ganancias de capital o las sucesiones, aunque controvertidos, no generarían grandes ingresos. Por eso, los informes recientes se han centrado en el seguro nacional o la seguridad social de los empleadores. Aumentar la tasa que pagan los empleadores y/o ampliar el seguro nacional a las contribuciones a las pensiones tiene el potencial de recaudar más de 20.000 millones de libras al año", exponen.

Así, ven probable que el Presupuesto incluya un mayor gasto diario, en gran medida acompañado de aumentos de impuestos, con cierta inversión financiada con deuda: "Si bien eso es potencialmente un estímulo neto para la economía a largo plazo, el impacto en los próximos dos años es menos claro y eso significa que no debería cambiar enormemente el curso de los recortes de los tipos de interés del Banco de Inglaterra (BoE)".

Por su parte, en Oxford Economics consideran que, aunque se recurrirá a un mayor endeudamiento para impulsar el gasto de capital, Reeves "todavía tendrá que implementar una serie de aumentos de impuestos para compensar las mayores presiones de gasto cotidianas". Y aluden a "la necesidad de que el gasto corriente adicional se financie en su totalidad mediante aumentos de impuestos".

Para Bank of America, los riesgos fiscales siguen aumentando y destacan que las últimas informaciones sugieren que el Gobierno está planeando cambiar las normas de endeudamiento de Reino Unido para permitir una mayor inversión.

"Las expectativas son que el Gobierno probablemente financie 20.000 millones de libras al año de inversión adicional (la cantidad necesaria para evitar recortes en el gasto de inversión) con un mayor endeudamiento. No utilizar todo el margen puede mostrar cautela fiscal, implicar que el endeudamiento no aumenta significativamente en este presupuesto y que se deja un gran colchón para el futuro", afirman.

Sus expectativas sobre el Presupuesto incluyen subidas de impuestos de 35.000 millones de libras de aquí a 2029-2030 y aumentos del gasto público de 57.000 millones de libras de aquí a 2029-30. "Esperamos que el presupuesto sea de crecimiento neto en 2030", lo que "se suma a los argumentos a favor de un ciclo prudente de recortes de tipos por parte del BoE".

Por último, desde Berenberg expresan que ha aumentado la especulación sobre la escala de los aumentos de impuestos. En su opinión, "a pesar del eslogan favorito del Gobierno, que dice que aquellos con los hombros más anchos soportarán la mayor carga, gran parte del aumento recaerá sobre las personas con ingresos medios".

Calculan que la aplicación de las contribuciones al seguro nacional (NIC) a las contribuciones de las pensiones de los empleadores y la congelación de los umbrales del impuesto sobre la renta durante dos años adicionales hasta 2029-2030 recaudarían 19.000 millones de libras en ese año.

Para ellos, el Gobierno tendrá que poner le foco también en otras áreas, "como aumentar la inversión privada, mejorar la infraestructura y simplificar el sistema de planificación, para garantizar que contribuya al crecimiento en lugar de aumentar los obstáculos que lo impiden".

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