Los planes de pensiones de empleo europeos reciben casi el doble de aportaciones que los españoles lo que supone una diferencia de más de 70.000 euros por partícipe de los planes de empleo en los principales países de la zona euro.
Irlanda lidera este apartado con un patrimonio medio de 340.000 euros, con una inversión total de 147.600 millones de euros, frente a España, que suma 38.500 millones de euros de 2 millones de partícipes. Suecia, con un patrimonio medio de 250.000 euros y Holanda con 241.000 euros se sitúan entre los países que más aportan superando con creces a España a cierre de septiembre de 2024.
En España, con una absoluta indefinición del Gobierno sobre su estrategia en Pensiones, llegando a calificar como rico a cualquier partícipe de un plan de pensiones, y con la continua reducción del máximo que se puede aportar nos convierte en los más penalizados y los menos preparados para su futuro en la jubilación.
Las cifras reflejan comparativamente una mayor preocupación de estos países por la jubilación de sus ahorradores, donde la formación financiera es superior y sus planes de empleo y planes de pensiones privados son el destino de una gran parte del ahorro de los trabajadores europeos. En España, por el contrario, muchos dependen en gran parte y casi en exclusiva de la Seguridad Social para afrontar con garantías la jubilación.
Para revertir esta situación de desequilibro es necesario concienciar a los trabajadores españoles para que realicen mayores aportaciones y a la industria de los fondos reducir costes, y comercializar productos que interesen al ahorrador que se centren en la rentabilidad y no en la fiscalidad.
Existen otros factores que ayudarán al desarrollo de los planes de pensiones, como aumentar la digitalización de los fondos, que lleva implícita una reducción de las comisiones. También están los Planes de Pensiones Paneuropeos, que todavía no han llegado a España por la falta de interés del Gobierno que ha evitado la necesaria competencia con productos de operadores internacionales. Por último, el gobierno debería acercarnos a las exenciones fiscales que se aplican en Europa para que ahorrar en planes de pensiones no sea un simple diferimiento fiscal.
Los partícipes de fondos de pensiones españoles son los parias del mundo financiero.