petrole 20230703172613

El petróleo ha sido uno de los protagonistas del comienzo de septiembre. El 'oro negro' ha protagonizado algunas caídas de calado en esta primera semana del mes, muy lastrado por el temor a una recesión global. Al crudo tampoco le ha sentado demasiado bien la previsión de menor demanda de China, el mayor consumidor del mundo.

Para Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, la caída de los precios del petróleo invita a pensar que lo mismo podría pasar con las acciones. Según esta experta, los recortes del crudo podrían estar enviando "una señal de que se avecina una desaceleración económica que afectará a los beneficios empresariales".

"Las acciones parecen vulnerables a una venta masiva, especialmente porque los mercados bursátiles tanto en Europa como en EEUU están en máximos históricos o cerca de ellos", apunta.

No obstante, la estratega de XTB también advierte que acciones y precios de materias primas "no tienen una correlación positiva fuerte e histórica". De hecho, agrega, apenas están correlacionados. "Debido a esto, hay una forma alternativa de leer el impacto del descenso de los precios de las materias primas y podrían ser una señal de que el futuro es positivo para las acciones", reflexiona Brooks.

En este sentido, esta analista señala que el S&P 500 y el precio del crudo Brent no comparten una correlación "especialmente fuerte" a largo plazo. Además, dado que el S&P 500 y el precio del crudo Brent han tendido a moverse en direcciones opuestas en las últimas semanas, la fuerte caída del precio del petróleo desde julio no ha impedido la subida del S&P 500, aunque con algunos retrocesos a principios de agosto.

"A un nivel más granular, el precio de la gasolina está correlacionado con la economía mundial, pero, incluso cuando ha caído bruscamente, el sector de consumo discrecional del S&P 500 ha repuntado con fuerza en las últimas semanas y se encuentra a sólo un 4% de los máximos del año", añade la experta de XTB.

Así, Brooks opina que es probable que la venta de acciones, si es que llega a darse, dure poco. Esto se debe a que la caída de los precios de las materias primas puede ser una buena noticia para el consumidor, pues contribuye a reducir la inflación, impulsa los ingresos reales y, además, aumenta las perspectivas de recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). "Por este motivo, los mercados de renta variable no están reaccionando como cabría esperar ante la caída de los precios de las materias primas", apunta.

"Si esta se acentúa, o si hay indicios de que los tipos de interés no se reducirán como se espera, la volatilidad de los mercados bursátiles podría aumentar bruscamente. Sin embargo, por ahora, creemos que la mayor parte de la venta de materias primas se debe a un problema de oferta y no de demanda. Dado que no creemos que la caída de los precios de las materias primas se deba a la demanda, cualquier venta de acciones podría ser de corta duración", sentencia.

¿HASTA DÓNDE CAERÁ EL PETRÓLEO?

En cuanto al petróleo, el mercado se pregunta qué pasará. Como explicamos, los últimos acontecimientos dejan al crudo en una posición complicada, especialmente tras las declaraciones oficiales de Libia, según las cuales la producción podría normalizarse antes de lo previsto, lo que ha ayudado a que aumentasen las ventas.

"La cuestión es que la oferta es abundante, mientras que las perspectivas de crecimiento futuro de la demanda siguen siendo inciertas. No cabe duda de que la economía china está experimentando una desaceleración, y no hay indicios de que vaya a mejorar a corto plazo. Mientras tanto, los inversores empiezan a preocuparse por la economía estadounidense, y a muchos les preocupa que la Reserva Federal haya mantenido los tipos de interés demasiado altos durante demasiado tiempo, con el peligro de que esto contribuya a un aterrizaje duro", explica David Morrison, analista sénior de mercados de FCAN.

Para Norbert Rücker, director de economía e investigación de próxima generación de Julius Baer, la combinación de estos factores sugiere un aumento de la oferta de cara a finales de año y el próximo. Además, Julius Baer prevé que el petróleo de esquisto "probablemente se estanque o incluso retroceda" hasta los 60 dólares bajos.

Con todo, agrega este analista, el negocio del esquisto ha sorprendido con un crecimiento de la productividad "más rápido de lo esperado" y, en consecuencia, con una deflación "parcial" de los costes de producción en lo que va de año. "Es probable que los países petroleros pospongan o recorten la reducción progresiva de la oferta prometida, que supeditaron a las condiciones del mercado en un primer momento", apunta este analista. Cabe señalar que los planes de la OPEP+ parecen haberse retrasado tras los últimos acontecimientos.

Sin embargo, agrega Rücker, este anuncio "no es necesariamente alcista", ya que el mercado "podría señalar la persistencia de una gran capacidad de producción excedentaria". "Como ya se ha comentado, el próximo episodio de la saga 'jeque contra esquisto' parece estar escribiéndose", asegura.

"Es poco probable que las naciones petroleras estén dispuestas a ceder cuota de mercado de forma estructural. Mantenemos nuestra posición 'neutral' y creemos que los precios se mantendrán en torno a los 70 puntos a largo plazo", subraya el experto de Julius Baer.

Noticias relacionadas

contador