El Banco de la Reserva Federal de Australia (RBA) ha mantenido este martes los tipos de interés en el 4,35%, una decisión que se ha situado en línea con el pronóstico del mercado.
El banco central australiano todavía está preocupado por la "inflación subyacente", que sigue "demasiado elevada", según ha indicado en el inicio de su comunicado para explicar la decisión.
Aunque "la inflación ha caído sustancialmente desde el pico alcanzado en 2022, los indicadores de inflación subyacente se ubican en torno al 3,5%, lo que todavía está lejos del punto medio del objetivo de inflación del 2,5%", ha precisado el organismo.
En este sentido, ha reconocido que "la previsión sigue siendo muy incierta", sobre todo en la escena geopolítica, en un escenario en el que "la política monetaria sigue siendo restrictiva y está funcionando como se esperaba".
Así, la "principal prioridad" de la entidad "sigue siendo lograr que la inflación vuelva a su nivel objetivo de manera sostenible dentro de un plazo razonable".
Por ello, el RBA ha anticipado que "todavía pasará algún tiempo antes de que la inflación se sitúe de manera sostenible dentro del rango objetivo y se acerque al punto medio", aunque el organismo "está adquiriendo cierta confianza en que la inflación se está acercando de manera sostenible al rango objetivo".
LA VALORACIÓN DE LOS EXPERTOS
Los expertos de Oxford Economics resaltan que el RBA "se ha vuelto un poco más optimista sobre las perspectivas y ha observado que algunos riesgos de inflación al alza se han aliviado". Además, ha "ganado confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el objetivo".
Sin embargo, consideran que "esto no significa que los recortes de tasas sean inminentes". En su opinión, el RBA "necesitará ver dos cifras más de IPC en las que la inflación subyacente se alivie antes de tener suficiente confianza para recortar las tasas. En consecuencia, no creemos que las tasas se recorten hasta mayo".