En su repaso periódico a la renta variable estadounidense, los expertos de Morningstar se fijan en la petrolera Devon Energy, “un valor atractivo a tener en cartera”. En concreto, estos analistas consideran que sus acciones se verán aupadas en los parqués por varias razones.
CATALIZADORES ALCISTAS
En primer lugar, destacan que el productor de petróleo y gas ha reorientado su cartera para convertirse en “uno de los operadores con los costes más bajos de la industria”.
Igualmente, subrayan que “la multinacional ha sabido forjarse un estrecho foso económico gracias a sus ventajas competitivas, lo que invita a pensar en sólidos rendimientos durante la próxima década”.
Además, también ponen el foco de atención en su “generosa” política de retribución al socio, a través tanto de dividendos fijos como en planes de recompra de títulos.
Factores todos ellos que, unido al “significativo descuento al que cotiza el grupo”, superior al 20% en relación a a su precio objetivo de 48 dólares, “hacen de Devon Energy una interesante apuesta bursátil en el momento actual”.
De hecho, según explican, esta compañía se encuentra en su lista de “cinco acciones a comprar por sus sólidos fundamentos y potencial alcista”.
Y entrando en detalles, desde Morningstar señalan que Devon Energy cuenta con una cartera que “se verá impulsada por su presencia en Delaware, que proporciona algunos de los costes de equilibrio más bajos entras las cuencas de Estados Unidos”.
“Una ventaja que se suma a su exposición a activos de alta calidad, con una vida útil restante de inventario de casi 17 años, que contribuirá a que sus ganancias de producción se consigan a costes de perforación y finalización cada vez más eficientes”, añaden.
“AMPLIO” FOSO ECONÓMICO
Respecto a su foco económico (ventajas competitivas), los citados estrategas inciden en los bajos costes de producción de la empresa, que “le permitirá afrontar el futuro con más garantías que sus pares en un escenario marcado por la falta de poder de fijación de precios por la industria de los hidrocarburos”.
Así, explican, “el precio de equilibrio de petróleo de Devon, de poco menos de 36,50 dólares por barril, está muy por debajo del coste medio marginal de producción, estimado en 60 dólares”.
“Sus costes de extracción son intrínsecamente bajos, lo que refuerza sus perspectivas de beneficio”, agregan a este respecto.
PRECIO OBJETIVO DE 48 DÓLARES
A la hora de establecer el precio objetivo de sus acciones en 48 dólares, estos expertos apelan a sus múltiplos de valor empresarial / EBITDA, de 4,2 veces para 2024 y de 3,8 veces para 2025.
Además, pronostican que su producción en este 2024 alcance los 756.000 barriles de petróleo equivalente por día, “lo que empujará a su ebitda anual hasta los 8.700 millones de dólares”.
Para 2025, sus pronósticos pasan por una producción de 842.000 barriles de petróleo equivalentes por día y un ebitda de 9.700 millones de dólares.
Cálculos que están basados en unos precios promedio del barril de crudo West Texas de 78 dólares para este 2024 y de 72 dólares para el próximo año 2025.
POSIBLES RIESGOS
Al igual que la mayoría de empresas de exploración y producción, “Devon encara un riesgo significativo relacionado con los volátiles mercados de petróleo y gas”, reconocen también estos gestores.
Así, indican que “un deterioro de las perspectivas del petróleo y el gas natural presionaría la rentabilidad de Devon, reduciría sus flujos de efectivo y aumentaría su apalancamiento financiero”.
Igualmente, ven en un hipotético aumento de los impuestos federales y en la revocación de la deducción tangible por perforación de la que disfrutan las compañías estadounidenses otras amenazas para sus perspectivas.
Asimismo, “Devon también debe hacer frente a importantes riesgos ambientales, sociales y de gobernanza a través de las emisiones de gases de efecto invernadero (tanto de las operaciones de extracción como del consumo posterior) y otras emisiones, efluentes y desechos”.
BALANCE POSITIVO
No obstante, tras examinar sus puntos a favor y sus posibles riesgos, Morningstar concluye que el balance actual es “más que positivo”, lo que lleva a sus economistas a apostar de forma decidida por sus títulos.