
Es difícil encontrar una industria que no se haya visto sacudida por los aranceles de Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, y las criptomonedas no son la excepción. Los criptoactivos se han visto expuestos a una elevadísima volatilidad en las últimas semanas, al tiempo que la industria trata de adaptarse a la nueva realidad impuesta por el presidente estadounidense. Este nuevo escenario podría ser especialmente duro para las empresas mineras de Bitcoin.
"Es un caos total. Los mineros no han sido muy proactivos. No adelantaron pedidos ni aseguraron entregas en EEUU. Están operando con menos de una semana para asegurarse de que todos los envíos que salen del sudeste asiático sean recogidos y entregados", explica Ethan Vera, COO de Luxor, compañía especializada en la minería de bitcoin.
Según 'Blockspace Media', las principales empresas fletaron vuelos a tarifas entre 2 y 4 veces más altas de lo normal, pagando entre 2 y 3,5 millones de dólares por vuelo, para adelantar pedidos antes de que los aranceles entraran en vigor el 9 de abril.
Si bien estos movimientos se produjeron antes de la pausa arancelaria anunciada a mediados de la pasada semana, los expertos estiman que, incluso al 10% actual, estos aranceles son lo suficientemente significativos como para dificultar el despliegue de 'hashrate' en EEUU.
El 'hashrate' se refiere a la potencia computacional combinada total utilizada para minar y procesar transacciones en una blockchain de prueba de trabajo ('proof-of-work' o 'PoW' en inglés). Cuantos más "hashes" por segundo puede hacer un minero, más oportunidades tiene de encontrar un bloque y recibir la recompensa, es decir, unos bitcoins (3,125 BTC tras el último 'halving'). Por eso mismo los mineros aspiran a tener un 'hashrate' alto.
No obstante, si el 'hashrate' de la red se reduce, por ejemplo , porque muchos mineros apagan sus equipos, la cadena de bloques se vuelve menos segura y más lenta. Para evitar esta situación, la blockchain Bitcoin tiene un sistema automático que ajusta la dificultad del minado cada dos semanas, para así mantener el equilibrio sin importar cuántos mineros haya.
Estados Unidos domina el mercado de minería con una participación estimada del 35%-40% del hashrate global de Bitcoin. No obstante, la mayoría de los expertos espera que el crecimiento del hashrate en 2025 sea notablemente más lento de lo anticipado.
Paralelamente, los precios de los ASIC (equipos dedicados exclusivamente a la minería de bitcoin) han mostrado una leve tendencia a la baja en el último año, según el ASIC Price Index de Hashrate Index. Un modelo de nueva generación, como el S21, cuesta actualmente alrededor de 3.400 dólares. Pero eso podría cambiar con los aranceles.
Bitmain y MicroBT, que dominan más del 90% del mercado de ASICs, trasladaron su capacidad de fabricación fuera de China hacia Malasia, Tailandia e Indonesia como respuesta a los aranceles de Trump en su primer mandato. Además, MicroBT abrió una planta en EEUU en 2023, y Bitmain hizo lo propio en enero de este año. No obstante, según 'Blockspace Media', estas instalaciones representan una fracción mínima de su producción total.
En declaraciones a esta publicación, Taras Kulyk, CEO de la empresa de soluciones para la minería de criptos Synteq Digital, indicó que la producción nacional en EEUU tendría un descuento significativo comparado con el hardware importado. Con todo, incluso los equipos producidos en EEUU sufrirán por los aranceles a materias primas como aluminio y componentes electrónicos, lo que seguirá encareciendo los equipos para minar bitcoin, especialmente si se mantiene el arancel del 125% a productos chinos.
Kulyk destacó que en este momento "nadie está comprando" en el mercado secundario, ya que todos esperan ver cómo evolucionan las políticas comerciales de Trump. Además, a medio plazo este experto considera que las tarifas serán un "duro golpe" para la industria, ya que "sin duda va a frenar el crecimiento de la industria si estos aranceles continúan". "Si estás pagando más por una máquina que tu competidor en Canadá o Rusia, será difícil competir con los mineros internacionales", agregó.
No obstante, con el aumento de los costes, las instalaciones mineras existentes en EE.UU. podrían incrementar su valor. Sin embargo, los mineros que busquen expandirse podrían preferir adquirir instalaciones existentes en lugar de importar equipos nuevos. Por ello, Kulyk cree que los aranceles generarán más fusiones y adquisiciones. "De repente, esos mineros con equipos antiguos que parecían zombis ahora parecen oportunidades atractivas", explica.
Asimismo, Canadá podría convertirse en una opción más atractiva, pues se espera una reducción de impuestos corporativos y de ganancias de capital. Además, el primer ministro Mark Carney apoya impulsar la industria energética y de centros de datos.
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