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Las criptomonedas se giran a la baja tras las últimas subidas. El bitcoin (BTC) trata de mantener los 100.000 dólares, mientras que el ethereum (ETH) cae un 1% y se sitúa por debajo de los 3.900 tras rozar los 4.000 dólares.
El resto de las 'altcoins' cotiza, en su mayoría, a la baja. Tokens como XRP, solana (SOL), dogecoin (DOGE) o cardano (ADA) acumulan caídas de hasta el 6%. En el lado contrario destaca chainlink (LINK), que ha subido con ganas después de que World Liberty FInancial, el proyecto de criptomonedas respaldado por Trump, haya comprado tokens por valor de dos millones de dólares.
Respaldada por la familia Trump, World Liberty Financial es una plataforma unificada en la que los usuarios pueden pedir y prestar criptodivisas, crear fondos de liquidez y realizar transacciones con 'stablecoins'. WLFI sirve como token de gobernanza para la plataforma.
Trump también ha sido noticia por sus últimas declaraciones. El presidente electo acudió este jueves a la Bolsa de Nueva York para dar el toque de campana y aseguró que su gobierno va a hacer "algo grandioso con las criptomonedas". "No queremos que China ni nadie más las adopte antes que nosotros. Queremos ser los líderes", afirmó Trump.
Las declaraciones de Trump llegan poco después de que una fuente cercana al presidente electo declarase en exclusiva a 'Axios' que "le encantaría que el bitcoin llegase a 150.000 dólares" al principio de su presidencia. Según esta fuente, Trump "va a estar muy centrado en el precio" de la criptomoneda reina y planea cumplir sus promesas de "promover regulaciones amigables con las criptomonedas".
Los analistas creen que estas últimas declaraciones acercan la posibilidad de que Estados Unidos cree una reserva estratégica de bitcoin, uno de los planes más ambiciosos anunciados por Trump durante la campaña presidencial. Asimismo, el nombramiento de Paul Atkins como presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) ha sido interpretado como una primera señal positiva de que las criptomonedas tendrán un papel capital en este nuevo Gobierno.
Cabe señalar que el mercado también es optimista con el futuro a corto plazo tras el último dato de inflación de Estados Unidos. El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió en noviembre al 2,7% en tasa interanual, frente al 2,6% registrado en octubre. Por su parte, la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se ha mantenido en el 3,3%. Ambos índices han igualado las previsiones.
La noticia fue suficiente para convencer a los analistas de que la Reserva Federal (Fed) volverá a bajar los tipos de interés la próxima semana. Michael Brown, estratega de investigación senior en Pepperstone, destaca que "el informe del IPC de noviembre de EEUU mostró que el progreso desinflacionario se estancó aún más el mes pasado, aunque las cifras no deberían disuadir al Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión final de este año el próximo miércoles".
"Parece muy poco probable que las cifras cambien materialmente las perspectivas de política del FOMC a corto plazo. Ahora que los riesgos para cada lado del mandato dual se consideran más o menos equilibrados, son los acontecimientos en el mercado laboral los que tienen la clave para la función de reacción de los responsables de las políticas, en contraposición a la continua y accidentada trayectoria desinflacionaria", agrega.
