Donald Trump está de vuelta a la Casa Blanca. Tras su victoria en las elecciones de EEUU, los analistas han empezado a desgranar la agenda política del presidente electo para extraer las primeras conclusiones sobre las implicaciones de sus medidas en la economía global.
Una de sus promesas de campaña es la imposición de aranceles a las importaciones, lo que ha despertado la preocupación de los inversores europeos y chinos, ya que el lema de 'America First' pretende proteger a las industrias estadounidenses a expensas de las empresas extranjeras.
"Los aranceles vuelven a ser tema de conversación y, con ello, se intensifican las tensiones comerciales, especialmente con China, en donde se estima que la imposición de aranceles será la más alta al comercio exterior. Los precios de las importaciones aumentarían, afectando a las empresas que dependen de insumos del exterior, y esto podría empujar también a la inflación", afirma el estratega Franco Macchiavelli.
Para Dan Coatsworth, analista de inversiones de AJ Bell, "los aranceles plantean otro problema, en particular para los inversores que poseen acciones o fondos chinos. Muchas empresas chinas han ganado mucho dinero vendiendo productos a Estados Unidos y ahora se enfrentan a la perspectiva de márgenes más pequeños una vez que se tienen en cuenta los aranceles y/o una gran caída de la demanda si Trump logra convencer a los estadounidenses de que compren a empresas estadounidenses. Europa también podría salir perdiendo con los aranceles estadounidenses".
Noticia relacionada
¿Qué significa el retorno de Trump a la Casa Blanca para las empresas europeas?En este sentido, y a medida que se vayan aclarando las intenciones de Trump, desde Oxford Economics prevén que si se adoptan los aspectos más radicales, en particular los relacionados con los aranceles, "el impacto en el resto del mundo será muy considerable. Es difícil calcular con precisión la probabilidad de que esto ocurra, pero las probabilidades han aumentado claramente".
En general, en la firma británica esperan que el impacto de los aranceles estadounidenses reduzca las exportaciones totales de China y de las demás economías que serán objeto de las medidas a medio plazo, pero se concentrará en sectores específicos, lo que indica consecuencias significativas para las industrias afectadas, como la automotriz y la siderúrgica.
Sin embargo, a corto plazo creen que "es probable que el comercio mundial reciba un impulso de la victoria de Trump, debido a que los efectos positivos sobre el comercio de una mayor demanda estadounidense serán más evidentes en la primera mitad del año que los impactos negativos de los aranceles sobre los flujos comerciales bilaterales".
POLÍTICA FISCAL Y REDUCCIÓN DE IMPUESTOS
Otro de los mantras de Trump durante la campaña electoral ha sido su propuesta de reducir el impuesto de sociedades del 21% al 15% para las empresas que fabrican sus productos en EEUU, "música para los oídos de los líderes empresariales".
"La reducción de impuestos significa que las empresas tendrán más dinero en sus bolsillos, ya sea para reinvertirlo, para recomprar acciones o para pagar dividendos. En teoría, un aumento de las ganancias después de impuestos se traduciría en un aumento del precio de las acciones. Una mayor confianza entre las empresas podría hacer que invirtieran más dinero para apoyar su crecimiento y eso podría repercutir en la economía. En el papel, todo parece sencillo, pero las cosas nunca son tan fáciles", dice Coatsworth.
De hecho, remarca que esta hipótesis se desmorona cuando se considera que las políticas de Trump podrían disparar la inflación. "Imponer grandes aranceles a los bienes importados haría subir significativamente los precios, ya que los costos adicionales se trasladarían al cliente. Eso podría perjudicar a las empresas que no tienen poder de fijación de precios (es decir, no pueden trasladar los costos sin reducir la demanda) y podría perjudicar al consumidor que está desesperado por no devorar su salario mensual en un instante", añade.
A este respecto, el déficit de Estados Unidos se sitúa ya en torno al 6% anual, con unos reembolsos totales de la deuda estadounidense de 1,3 billones de dólares al año.
"Esta cifra está muy por encima de todo el presupuesto militar estadounidense, que asciende a 800.000 millones de dólares. Como vimos en 2016, la agenda de Trump de bajar los impuestos (gastar ahora para pagar después) se pondría de manifiesto", subraya Brian O'Reilly, Head of Investment Strategy at Mediolanum International Funds.
En este frente, un aspecto positivo, según Oxford Economics, es que el elevado déficit fiscal estadounidense no se refleja en otras economías avanzadas, "mientras que las reglas fiscales y las secuelas de la crisis de deuda de la eurozona ofrecen algunas barreras de contención contra grandes aumentos de la deuda".
¿QUÉ PASARÁ CON LOS TIPOS DE INTERÉS?
Ante este contexto, la gran pregunta que se hace el mercado es qué pasará con los tipos de interés y qué postura adoptará la Reserva Federal (Fed) si las presiones inflacionistas se mantienen elevadas.
"Las acciones han subido desde octubre de 2023 con la creencia de que la inflación estaba disminuyendo y los tipos de interés bajarían. El regreso de Trump podría poner las cosas en un rumbo diferente. Si bien aún podríamos ver recortes de tasas en el corto plazo, la Fed podría no bajar tan fuerte y rápidamente como se pensaba anteriormente si la inflación se fortalece una vez que Trump regrese al poder", asevera Coatsworth.
En Oxford Economics, si bien no anticipan que una política fiscal más laxa y más aranceles en EEUU genere inquietudes sobre un aumento de la inflación, sí prevén que la Fed normalizará su política monetaria con más cautela.
"Nuestra nueva línea de base para la tasa de los fondos federales supondrá, por tanto, menos recortes de tasas en 2026, y es posible un endurecimiento de la política en 2027 a medida que se acumulen los efectos inflacionarios de las alzas de tarifas", avanzan.
Aun así, dudan que la trayectoria de los tipos de interés de otros bancos centrales de economías avanzadas cambie significativamente debido al triunfo republicano en las elecciones.
No obstante, la incertidumbre sobre la postura de Trump en los conflictos en Ucrania y Oriente Medio aumenta el riesgo de una mayor inestabilidad en ambas regiones, lo que podría afectar el crecimiento regional e incluso mundial.
Por todo ello, "el impacto directo sobre el crecimiento global probablemente sea limitado a corto plazo, pero habrá una repercusión más adelante y, a finales de la década, se habrá reducido el PIB mundial", concluyen en Oxford Economics.