La incertidumbre económica se mantendrá alta en 2025 en la zona euro. No obstante, "una política monetaria más flexible reactivará el crecimiento", según estiman los expertos de Julius Baer que matizan, eso sí, que es "poco probable" que elimine todos los obstáculos.
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El BCE prevé que la inflación no bajará del 2% hasta 2026 y la recuperación económica será más lentaEsperan que una postura de política monetaria más relajada tenga potencial de reequilibrar el crecimiento económico, "sea relativamente eficaz para mejorar las perspectivas" y comience a respaldar el crecimiento en la segunda mitad del año que viene y más aún en 2026.
En el panorama actual, las perspectivas económicas de la eurozona para 2025 se caracterizan por desafíos de crecimiento: "La actividad aún está lejos de alcanzar los límites de velocidad establecidos por el producto potencial de la economía" y "la eurozona, y Alemania en particular, están sufriendo una pérdida de competitividad en materia de precios internacionales".
Dado el deterioro de la competitividad de los precios internacionales, el fuerte aumento de la incertidumbre comercial tras la victoria electoral en EEUU de Donald Trump "es un obstáculo adicional para la actividad orientada a las exportaciones en la eurozona", aseguran.
Sin embargo, consideran que el debate sobre si los aranceles estadounidenses se avecinan o son simplemente una amenaza "es irrelevante cuando se trata del impacto negativo sobre el crecimiento de la eurozona", puesto que señalan que la incertidumbre por sí sola es suficiente para mantener estancada la inversión en sectores orientados a la exportación.
Pero en Julius Baer confían en que precisamente estos vientos en contra y "múltiples obstáculos" al crecimiento están preparando el terreno para mejorar las perspectivas. Y el impacto más a corto plazo que dará forma es el creciente potencial de flexibilización de la política monetaria en la eurozona.
Vaticinan que el Banco Central Europeo (BCE) reaccione "lenta y vacilantemente a la sorprendente nueva realidad económica, en la que las fuerzas deflacionarias dominan cada vez más los riesgos inflacionarios" y que recorte los tipos de interés en 25 puntos básicos en cada reunión hasta al menos julio de 2025.
Esto supondría un tipo de interés por debajo del 2% en 2025 "cambiando la política monetaria de una postura restrictiva a una expansiva a mediados de 2025".
Calculan que el crecimiento económico en la eurozona se desacelerará al 0,6% en 2025, "materializándose la debilidad del crecimiento principalmente en la primera mitad del año, fortaleciendo los argumentos a favor de recortes de tipos por parte del BCE", y que la inflación caerá del 2,3% en 2024 y al 1,7% en 2025.
Las últimas proyecciones del organismo que preside Christine Lagarde fijan que la inflación general se situará de media en el 2,4% en 2024, en el 2,1% en 2025, en el 1,9% en 2026 y en el 2,1% en 2027. En cuanto a la tasa subyacente, se estima que será del 2,9% en 2024, del 2,3% en 2025 y del 1,9% tanto en 2026 como en 2027.
Sobre las proyecciones de crecimiento, el BCE vaticina que el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro avanzará un 0,7% en 2024, un 1,1% en 2025, un 1,4% en 2026 y un 1,3% en 2027.