le premier ministre francais michel barnier assiste a la seance de questions au gouvernement a l assemblee nationale a paris 20241125111622

Se mantiene la tensión política en Francia ante una posible moción de censura al Gobierno del primer ministro, Michel Barnier, si no se alcanza un acuerdo sobre los Presupuestos para 2025. El partido de Marine Le Pen ha condicionado su apoyo a la obtención de nuevas concesiones.

A partir de este lunes, la Asamblea Nacional examinará el texto de los Presupuestos presentados para el año que viene, que contemplan medidas para reducir el déficit hasta el 5% en 2025 (frente al 6,1% actual) y alcanzar el objetivo de la Unión Europea (UE) en 2029.

Si supera el examen, el Gobierno tendrá que enfrentarse a otro justo antes de Navidad, cuando está previsto el voto de las cuentas públicas nacionales. El problema viene si no se consigue. En este caso, Barnier podría tirar de un recurso constitucional con el que se permite aprobarlos sin contar con el voto de la Asamblea Nacional.

Pero la oposición ya ha mandado un aviso: no apoyarán los Presupuestos y, además, presentarán una moción de censura.

En caso de salir adelante, supondría la muerte del Gobierno de Barnier, ya que las posibilidades de que se presente y salga adelante aumentan. Y para sobrevivir a la votación, Barnier necesita que Agrupamiento Nacional (RN) se abstenga, puesto que, de lo contrario, tanto su Gobierno y como el proyecto de ley de Presupuestos podrían caer.

Ante el ultimátum de la extrema derecha, el ministro de Finanzas francés, Antoine Armand, aseguraba este sábado que el Presupuesto aún podía mejorarse.

Sin embargo, este domingo, los líderes del partido de extrema derecha dijeron que el Gobierno había rechazado sus pedidos de más concesiones presupuestarias y le ha dado hasta este lunes para acceder a sus demandas de realizar más cambios en las cuentas públicas.

Si finalmente el primer ministro no accede a estas exigencia, el partido de Marine Le Pen podría activar este mismo lunes el mecanismo para la moción de censura.

El Gobierno ya revisó su posición al proponer aumentar las pensiones, aunque por debajo de la inflación, mientras que hubo resistencia a las medidas para aumentar la carga impositiva sobre las empresas y aumentar los impuestos especiales sobre la energía para los hogares.

Otras de las medidas fiscales propuestas por el Gobierno incluyen la revocación de una decisión anterior de eliminar progresivamente el impuesto al valor añadido corporativo; la introducción de un recargo fiscal excepcional sobre los beneficios de las grandes empresas; o la imposición de topes de gasto a nivel ministerial.

Hay que recordar que las elecciones anticipadas del verano pasado dieron como resultado un parlamento en el que ningún bloque político tenía una mayoría absoluta.

Con este panorama, el Cac francés es el peor índice europeo en la sesión bursátil de este lunes, con caídas que rondan el 0,9%. "El farolillo rojo en bonos sigue siendo Francia donde la inestabilidad política y las dudas sobre su capacidad de reconducir el déficit ha llevado a su prima de riesgo hasta máximos no vistos desde la crisis financiera de 2012", comentan en Bankinter.

El pasado viernes, S&P Global Ratings confirmó sus calificaciones crediticias soberanas en moneda extranjera y local a largo y corto plazo no solicitadas de 'AA-/A-1+' para Francia, mientras que la perspectiva se mantiene estable.

Como señalan, "la creciente fragmentación política está complicando la gobernanza fiscal, sobre todo al retrasar la aprobación de un Presupuesto creíble para 2025. No obstante, nuestra expectativa base es que las autoridades francesas avanzarán con una consolidación presupuestaria por un monto de poco menos del 1% del PIB el año próximo como parte de un plan de medio plazo para moderar los altos déficits presupuestarios. También respaldan la calificación otras fortalezas crediticias de Francia, incluida su rica economía diversificada, el alto nivel de ahorro privado y su pertenencia a la UE".

Añaden que, en un escenario a la baja, podrían bajar las calificaciones de Francia si el Gobierno no logra reducir sus grandes déficits presupuestarios o si el crecimiento económico cae por debajo de nuestras proyecciones durante un período prolongado. Por el contrario, en un escenario alcista, podrían elevar las calificaciones si el déficit presupuestario de Francia se reduce mucho más rápido de lo que proyectamos, mientras que el crecimiento económico se acelera, poniendo la relación deuda neta del gobierno general/PIB en una trayectoria descendente.

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