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Decir que las criptomonedas se han desplomado sería hasta generoso. Este lunes, el bitcoin (BTC) cae un 10%, hasta los 75.000 dólares, y el ethereum (ETH) se hunde un 20%, hasta los 1.400 dólares. No solo es que las principales criptomonedas hayan perdido todo lo ganado tras la victoria electoral de Donald Trump a principios de noviembre, sino que el ether cotiza ahora en mínimos de comienzos de 2023, justo después del colapso de la criptobolsa FTX.
La situación, lógicamente, no es distinta entre las 'altcoins'. Son pocos los grandes tokens que "solo" firman caídas de un dígito porcentual, como tron (TRX), aunque los descensos son igualmente elevados. Y es que criptos como XRP, solana (SOL), dogecoin (DOGE), cardano (ADA) o chainlink (LINK) firman descensos que se acercan más al 20% que al 10%, o directamente lo superan.
La guerra comercial ha estallado de forma total y absoluta. Las principales bolsas se hunden a uno y otro lado del mundo y los inversores huyen hacia refugios seguros. El índice VIX de volatilidad se dispara hasta 39 puntos, mientras que el Índice de Miedo y Codicia Cripto ('Crypto Fear & Greed Index', en inglés) vuelve a desplomarse hasta los 23 puntos, indicando una situación de "miedo extremo" en los mercados.
Los inversores no han recibido las noticias que no querían escuchar durante el fin de semana. Había cierto runrún, quizás más un deseo que una expectativa real, de que el Gobierno de Trump estuviera avanzando en las negociaciones con otros países para reducir los aranceles, postergar su implementación o, quien sabe, directamente anular algunos con determinados territorios. No solo no ha sido así, sino que la respuesta del presidente de Estados Unidos ha sido la opuesta a la deseada.
"No quiero que nada caiga, pero a veces hay que tomar medicina para arreglar algo. Tenemos un déficit comercial de un billón de dólares con China, perdemos cientos de miles de millones de dólares al año con China. Y, a menos que resolvamos ese problema, no voy a hacer un acuerdo", afirmó Trump. A su vez, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró a 'CBS News' que los aranceles no serán aplazados. "Los aranceles vienen... Definitivamente se van a mantener durante días y semanas"., subrayó. Y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, se sumó a esta ronda de declaraciones asegurando que, pese a los acercamientos de más de 50 países, es demasiado tarde: "No es el tipo de problema que se pueda negociar en días o semanas".
A todo ello hay que sumar las declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, que el viernes pasado dijo que el impacto de los aranceles sobre la economía estadounidense podría ser mayor de lo esperado, y agregó que no hay prisa por recortar los tipos de interés. El miedo a una recesión en EEUU es más que palpable.
"Este fue el último clavo en el ataúd", afirma Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank. Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg, es todavía más pesimista: si Trump elige una escalada de represalias en lugar de negociar, sus guerras comerciales "podrían convertirse en el peor error de política económica global desde que una administración estadounidense provocara la Gran Crisis Financiera en septiembre de 2008".
Javier Molina, analista sénior de mercados de eToro, tampoco le resta un ápice de importancia a los últimos acontecimientos y afirma que "no estamos ante una corrección cualquiera", pues "lo que empezó como un ajuste técnico ha mutado en una crisis de confianza. Una crisis que no se está gestionando correctamente desde los bancos centrales ni desde el liderazgo político. Y eso es justo lo que debería preocuparnos".
Según Molina, el mercado ha recibido la subida "abrupta, desordenada y sin plan" de los aranceles "como lo que es: un error de magnitud histórica". "La caída del S&P 500 en dos días ha sido del 10,5%. Y ojo, no estamos hablando de un desplome puntual sino de un deterioro generalizado de expectativas", sentencia.
Por técnico, este experto señala que el bitcoin está demostrando "cierta resiliencia", ya que la criptomoneda reina ha marcado un mínimo más alto que otras acciones, como las de las tecnológicas, lo que sugiere "que los inversores confían en mantener sus posiciones en este activo de momento". No obstante, al haber perdido los 77.000 dólares, se abre el camino para caer hasta los 73.000 dólares primero y los 70.000 después.
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