Intel ha caído un 0,5%, a pesar de haber llegado a subir un 3% en Wall Street, después de comunicar la jubilación de su consejero delegado, Pat Gelsinger. Su salida es efectiva desde el domingo 1 de diciembre y pone fin a un difícil mandato de casi cuatro años.
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La junta directiva del fabricante de chips ya se encuentra en la búsqueda de un nuevo CEO, pero mientras tanto el director financiero, David Zinsner, y el director ejecutivo de productos, Michelle (MJ) Holthaus, han sido nombrados codirectores ejecutivos interinos.
Por otro lado, Frank Yeary, presidente independiente de la junta directiva de Intel, se convertirá en presidente ejecutivo interino durante el periodo de transición, al tiempo que la estructura de liderazgo de Intel Foundry permanece sin cambios.
No obstante, en base a la información adelantada por 'Bloomberg', la renuncia de Gelsinger llega después de una polémica reunión que la junta de Intel celebró la semana pasada sobre la incapacidad percibida para responder a la ventaja competitiva de Nvidia y la falta de confianza en los planes de reestructuración puestos en marcha por el ya exCEO.
"En nombre de la junta, quiero agradecer a Pat por sus muchos años de servicio y dedicación a Intel a lo largo de una larga carrera en liderazgo tecnológico. Pat pasó sus años de formación en Intel, y luego regresó en un momento crítico para la empresa en 2021. Como líder, Pat ayudó a lanzar y revitalizar la fabricación de procesos invirtiendo en la fabricación de semiconductores de última generación, mientras trabajaba incansablemente para impulsar la innovación en toda la empresa", ha afirmado Yeary.
Asimismo, ha añadido que "si bien hemos logrado un progreso significativo en la recuperación de la competitividad de la fabricación y la creación de las capacidades para ser una fundición de clase mundial, sabemos que tenemos mucho más trabajo por hacer en la empresa y estamos comprometidos a restaurar la confianza de los inversores. Como junta directiva, sabemos, ante todo, que debemos poner nuestro grupo de productos en el centro de todo lo que hacemos. Nuestros clientes nos lo exigen, y nosotros se lo cumpliremos".
"Con el liderazgo de Dave y MJ, continuaremos actuando con urgencia en nuestras prioridades: simplificar y fortalecer nuestra cartera de productos y avanzar en nuestras capacidades de fabricación y fundición, al tiempo que optimizamos nuestros gastos operativos y capital. Estamos trabajando para crear un Intel más ágil, más simple y más ágil", ha dicho.
Cabe recordar que Gelsinger llegó a la compañía en 2021 y trazó un plan para transformar la empresa en un gigante de la fabricación de chips. Llevó a cabo grandes construcciones en EEUU y en todo el mundo, un esfuerzo que pesó sobre el flujo de caja libre de Intel y aumentó su carga de deuda.
Con todo, el directivo también ha logrado atraer la inversión del gobierno, posicionando a Intel como el mayor beneficiario de la Ley de Chips y Ciencia de EEUU.
"El día de hoy es agridulce, ya que la empresa ha sido mi vida durante la mayor parte de mi carrera laboral. Ha sido un año desafiante para todos nosotros, ya que hemos tomado decisiones difíciles pero necesarias para posicionar a Intel en la dinámica actual del mercado", ha señalado Gelsinger.
Pero esto no ha sido suficiente para los inversores que se han vuelto cada vez más recelosos con las perspectivas de Intel, especialmente a medida que la ola de IA ha impulsado a otras compañías del sector como Nvidia.
En este sentido, hay que destacar que el fabricante de chips decepcionó no solo con sus resultados del segundo trimestre de 2024, sino también al anunciar que despedirá al 15% de su plantilla dentro de un plan de reducción de costes de 10.000 millones de dólares y suspender el dividendo a partir del cuarto trimestre de 2024.