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La inflación se ha convertido en los últimos años en uno de los principales problemas de las grandes potencias mundiales, al que trataron de responder, en la mayoría de los casos, con restricciones en la política monetaria. El año pasado dejó una caída destacada de la inflación en buena parte de los territorios más afectados, y ahora los analistas de Oxford Economics predicen que la inflación en los países del G7 "seguirá cayendo al 2% o menos en 2024-2025".

En primer lugar, desde la firma de análisis subrayan que "el proceso inflacionario de 2021-2023 fue el resultado de un conjunto de factores muy inusuales, sin precedentes en tiempos de paz", y que se debió principalmente a "una combinación de políticas de grandes déficits fiscales y una importante acomodación monetaria".

"Advertimos sobre los peligros potenciales de esta combinación de políticas a finales de 2020 cuando observamos que históricamente la inflación había tendido a aumentar entre 4 y 9 puntos porcentuales en períodos con combinaciones de políticas de este tipo", detallan.

También señalan el peso de las "distorsiones en los mercados laborales resultantes de la pandemia que hicieron que las condiciones del mercado laboral se volvieran muy estrictas", así como "las interrupciones en la cadena de suministro que también resultaron de la pandemia (y más tarde de eventos geopolíticos) y que se sumaron a las presiones de costos que enfrentan las empresas".

"La combinación de políticas en Estados Unidos en 2020-2021 se parecía claramente a los períodos de guerra. El déficit fiscal promedió más del 13% del PIB y la masa monetaria amplia se expandió un 40%. Se trataba de una combinación de políticas mucho más expansiva que en la época de la Guerra de Corea a principios de la década de 1950 (en la que también se produjo un aumento de la inflación), y que recordaba más a las experiencias de la Primera y la Segunda Guerra Mundial", destacan.

¿QUÉ DICEN AHORA LOS INDICADORES?

La buena noticia que se desprende del análisis realizado por Oxford Economics es que "una mirada retrospectiva a los episodios inflacionarios de tiempos de guerra muestra que una vez que se endureció la política, las presiones inflacionarias disminuyeron rápidamente".

Atendiendo a los principales indicadores de inflación, señalan que los déficits fiscales en las economías del G7 "empezaron a reducirse a partir de 2022, y la flexibilización cuantitativa a gran escala que había acompañado la expansión de los déficits fiscales se revirtió".

"Nuestras previsiones para 2024 apuntan a un mayor ajuste cuantitativo y una reducción de los déficits, lo que implica una mayor reducción de la presión inflacionaria de esta fuente", vaticinan.

Mientras, desde principios de 2022, "el crecimiento monetario del G7 se ha desacelerado drásticamente y cayó a alrededor de cero durante 2023". Ahora, a pesar de una recuperación reciente, "se mantiene en un 2%, en niveles consistentes con una inflación baja".

"Dados los retrasos habituales, esto sugiere nuevas caídas de la inflación del G7 hasta 2025. Esto está en línea con nuestras previsiones de referencia", indican.

Las tendencias recientes en el crecimiento monetario son en términos generales "similares" en Estados Unidos y Europa, aunque el panorama estadounidense es "ligeramente más fuerte". El crecimiento monetario de Japón presenta un "panorama diferente, sin un auge real durante la pandemia y sin la correspondiente desaceleración brusca".

Los analistas indican que las condiciones de crédito también "sugieren un panorama débil consistente con una inflación en niveles moderados", mientras que el mercado laboral, medido a través de la relación vacantes/desempleo, "ahora parece similar a los niveles previos a la pandemia, aunque, según esta medida, los mercados laborales parecen más ajustados en la eurozona y Estados Unidos que en el Reino Unido".

Por último, se fijan en las interrupciones en la cadena de suministro, que "fueron un problema importante en 2020-2022 debido a la pandemia", y consideran que este indicador "parece coherente con la inflación en niveles normales".

CAÍDA DE LA INFLACIÓN

Teniendo en cuenta la evolución de todos estos indicadores, los analistas de Oxford Economics aseguran que "las características de 'tiempos de guerra' de la inflación reciente en el G7 se están desvaneciendo rápidamente", por lo que anticipan una mayor moderación del ritmo de aumento de los precios.

"Esto está en línea con nuestras previsiones de referencia, que esperan que la inflación general del G7 disminuya a alrededor del 2,5% a finales de este año y al 2% en 2025-2026. De hecho, según los indicadores que hemos destacado, especialmente los monetarios, los riesgos parecen sesgados hacia una inflación más baja que en nuestro escenario base", prevén.

Atendiendo a las diferencias entre territorios, destacan que "los indicadores estadounidenses parecen más sólidos que los de Europa, lo que implica un enfoque más cauteloso ante los recortes de tasas allí".

"Es probable que Japón siga un camino monetario muy diferente al del otro G7, lo que refleja en parte su experiencia pandémica muy diferente. Es probable que la política monetaria se endurezca aún más en Japón, incluso cuando comience a flexibilizarse en Estados Unidos y Europa, lo que eventualmente traerá cierto alivio al yen", añaden.

De esta manera, apuntan que "el endurecimiento de las políticas desde 2022 parece haber funcionado, tal como lo hizo al final de otros episodios históricos".

"Sin embargo, un efecto secundario desafortunado del último estallido inflacionario es la pérdida de fe en los pronósticos de los bancos centrales y el cambio a un enfoque retrospectivo y dependiente de los datos. Esto corre el riesgo de provocar errores en el futuro si las políticas se mantienen demasiado estrictas durante demasiado tiempo", alertan.

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