Fitch ha revisado la perspectiva de España de estable a positiva, al tiempo que ha mantenido su nota de emisor a largo plazo para la deuda soberana española en 'A-'.
Como explican desde la agencia de rating, la perspectiva positiva refleja la "mejora de los factores estructurales que han aumentado el potencial del Producto Interior Bruto (PIB) de España y fortalecido su resistencia a los shocks externos".
"Las tendencias positivas del mercado laboral impulsadas por una fuerte migración neta y reformas, una mayor competitividad y la ausencia de desequilibrios macrofinancieros, respaldan la evaluación de Fitch de que España seguirá superando a sus pares de la eurozona durante nuestro horizonte de pronóstico", añaden.
En cuanto a las perspectivas de crecimiento, Fitch proyecta un crecimiento del PIB real del 2,9% en 2024 y del 2,2% en 2025-2026 (frente al 1,5% de la eurozona). Además, ha revisado al alza su visión sobre el potencial de crecimiento de España hasta cerca del 2% (2024-2028), "basándose en gran medida en un crecimiento más sólido de la oferta laboral".
Respecto a la competitividad externa, señalan que los persistentes superávits en cuenta corriente (un promedio de 10 años hasta fines de 2023 del 1,8% del PIB) han llevado a una "marcada mejora en la posición externa del país", con una deuda externa neta que cayó al 52% del PIB a fines de 2023, desde un pico del 92% en 2020.
También, "los costes unitarios de mano de obra y energía más bajos que el promedio de la eurozona han mantenido la competitividad de precios de España, respaldando una mejora en la estructura económica del país".
Fitch destaca además que la ausencia de desequilibrios macrofinancieros se refleja en un sector bancario sólido y un bajo endeudamiento del sector privado. "Esperamos una nueva mejora gradual de la PII neta de España a medio plazo. Además de los superávits por cuenta corriente, las entradas estables de IED neta y las subvenciones NGEU de la UE respaldarán la posición exterior neta de España", dicen.
Por su parte, la ratio de deuda pública, ubicada en el 105,1% del PIB (2023), ha disminuido 14 puntos porcentuales desde su máximo pandémico del 119,3% (2020). Y creen que, en el marco del Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo de España (PMMP 2025-2028), existe el objetivo de reducir la deuda por debajo del 100% del PIB para 2027, "respaldado por superávits fiscales primarios a partir de 2025 y un alto crecimiento del PIB nominal".
Fitch proyecta una disminución más gradual de la deuda, hasta el 101,2% del PIB para 2027, basada en la falta de visibilidad de las medidas de consolidación fiscal: "Comparado con sus pares, el ratio de deuda de España es más del doble de la mediana 'A' (49,6%) y el cuarto más alto de la eurozona, después de Francia (109,9%), Italia (134,8%) y Grecia (163,9%)".
Por último, sobre los desafíos de la consolidación fiscal, en la agencia de rating expresan que "unas sólidas perspectivas de crecimiento y la expiración de las medidas de apoyo a la inflación respaldarán cierta reducción de los déficits fiscales desde un 3% del PIB proyectado para este año hasta un 2,7% en 2025 y un 2,9% en 2026".
Consideran que para que España cumpla sus compromisos fiscales bajo el nuevo marco de gobernanza económica de la UE "se necesita una consolidación fiscal adicional".