le president americain donald trump s exprime dans le bureau ovale de la maison blanche a washington d c etats unis
Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Estados Unidos ha ofrecido una tregua temporal en su guerra comercial. Este miércoles, su presidente, Donald Trump, anunció que pausaba durante 90 días los aranceles recíprocos a un elevado número de países, al tiempo que elevaba las tarifas a China hasta el 125%. La marcha atrás fue bien recibida por las bolsas mundiales y los mercados de bonos tras varios días de muchísimo miedo y volatilidad. No obstante, los analistas recuerdan que esta tregua es finita y que Estados Unidos no saldrá indemne de todo esto.

Así lo cree Fitch Ratings, cuyos expertos advierten que los aranceles de Trump tendrán un impacto fiscal "mixto" y tampoco resolverán "problemas subyacentes" de Estados Unidos.

Según la agencia de calificación neoyorquina, los ingresos por aranceles ayudarán a reducir el déficit presupuestario de Estados Unidos en 2025, pero el impacto negativo en el crecimiento económico y los recortes fiscales adicionales que planea Trump "probablemente limitarán el tamaño de cualquier beneficio fiscal duradero". "Estabilizar la deuda de EE.UU. en relación con el PIB será un desafío mientras no se aborden las presiones de gasto a largo plazo", agregan.

Fitch recuerda que todavía está por verse si se mantienen las exenciones específicas por producto, que en su mayoría cubren sectores como el farmacéutico o el de los semiconductores, y si las medidas de represalia hacen que las tensiones comerciales aumenten aún más. Recientemente, la Unión Europea (UE) ha anunciado que pausará sus contramedidas para dar opción a la negociación y China se ha mostrado dispuesta a negociar con Washington, pero "de igual a igual".

De no llegar a un acuerdo, las tarifas anunciadas por Trump el pasado 2 de abril elevaría la Tasa Arancelaria Efectiva (ETR, por sus siglas en inglés) de EEUU a alrededor del 25%, en comparación con el fuerte aumento al 18% asumido en el Panorama Económico Global de Fitch de marzo de 2025.

La agencia señala que el aumento de la ETR "equivale nominalmente a unos 800.000 millones de dólares" o un 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB), suponiendo volúmenes de importación estables. Ello, explica, generará un impacto "significativo" en los ingresos este año "incluso si los volúmenes de importación son menores".

La proyección más reciente de Fitch para el déficit de EEUU, que precede a estos últimos anuncios, prevé que el déficit de 2025 se reduzca al 7,1% del PIB desde el 8,1% en 2024. Esta proyección ya incorpora una contribución "significativa" de los ingresos por aranceles, así como "efectos de arrastre" del "sólido" crecimiento del PIB del año pasado y del "buen" desempeño de los mercados financieros.

Para Fitch, una ETR más alta "implica un mayor aumento de ingresos"… pero eso no es todo. Y es que los aranceles propuestos por Trump también elevan "significativamente" los riesgos de recesión en EEUU al tiempo que limitan la capacidad de la Reserva Federal (Fed) para seguir bajando los tipos de interés, dado el impacto esperado en los precios.

"Una desaceleración económica más pronunciada afectaría considerablemente los ingresos no arancelarios e incrementaría el gasto a través de los estabilizadores automáticos. Estos efectos se retrasarían con respecto al aumento inmediato de ingresos por aranceles, pero creemos que serían evidentes hacia 2026, junto con los efectos negativos derivados de la volatilidad de los mercados financieros", explica la firma.

¿Y por el lado fiscal? Pues la firma asume que los ingresos por aranceles se utilizarán para financiar más recortes de impuestos. Cabe recordar que Trump ha propuesto nuevas reducciones en los gravámenes corporativos, así como exenciones de impuestos para las prestaciones de seguridad social de los jubilados, propinas y horas extras. También se están discutiendo aumentos adicionales en las deducciones fiscales estatales y locales.

No obstante, Fitch opina que las perspectivas para una reducción del gasto a gran escala son, en el mejor de los casos, "inciertas". Y es que las medidas del Departamento de Gestión y Presupuesto (DOGE) que lidera Elon Musk podrían generar "algunos" ahorros, sí, pero los salarios y beneficios de los trabajadores civiles federales representan menos del 5% del gasto total del gobierno federal.

"Durante los primeros cinco meses del año fiscal 2025 (que termina el 30 de septiembre de 2025), la participación del gasto del gobierno federal fue del 21% en seguridad social, 15% en Medicare, y 13% en defensa nacional, salud e intereses netos, respectivamente. Los datos para el mismo período sugieren un deterioro significativo, con un déficit federal subyacente de 1,15 billones de dólares, en comparación con 1,83 billones de dólares en todo el año fiscal 2024", detalla Fitch Ratings.

Por otro lado, aunque algunos legisladores republicanos quieren que las medidas de consolidación fiscal compensen los recortes de impuestos, otros han estado explorando si las reglas procedimentales permiten que la extensión de la TCJA (Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017) se contabilice como "política vigente". Esto, apunta la agencia, significaría que el impacto en los ingresos podría considerarse como no generador de déficits futuros, eliminando la necesidad de proponer medidas compensatorias. Esta opción ha sido rotundamente rechazada por los legisladores demócratas.

Por todo ello, Fitch considera que el aumento de la deuda del gobierno general sigue siendo uno de los principales factores de sensibilidad de la calificación 'AA+', con perspectiva estable, sobre la deuda soberana de EEUU. Además, la agencia advierte: el límite de deuda de 36,1 billones de dólares probablemente se elevará o se suspenderá cuando se agoten los recursos y las "medidas extraordinarias" para cumplir con las obligaciones financieras. Eso representa, sin duda alguna, un riesgo evidente desde la perspectiva crediticia.

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