Las materias primas llevan años intentando dejar atrás la gran caída de la década de 2010, que fue "la más larga y profunda de la que se tiene constancia", y ahora parece que finalmente pueden hacerlo gracias a los "atractivos rendimientos" que ofrecen a futuro, como señalan los analistas de Vontobel, que recomiendan a los inversores "analizar de cerca y con nuevos ojos esta clase de activos".
"Tras la tumultuosa oleada de la última década, los inversores deberían analizar de cerca y con nuevos ojos esta clase de activos, que parece ofrecer atractivos rendimientos en el futuro. Podría resultar un movimiento altamente estratégico y gratificante", asegura Kerstin Hottner, responsable de materias primas y gestora de cartera en Vontobel.
Estas rentabilidades, agrega, supondrían dejar atrás de manera definitiva la crisis de la pasada década, que "se produjo por factores muy específicos que es muy poco probable que se repitan".
Además, considera que "el escenario está preparado para unas perspectivas prometedoras en las materias primas, impulsadas por motores clave como la demanda de los mercados emergentes, la fuerte demanda de materiales de la transición energética y la necesidad continua a corto plazo de petróleo y gas".
SE ESPERA UNA DEMANDA CRECIENTE
Uno de los pilares sobre los que se fundamenta la apuesta de Vontobel por la materias primas es la previsión de una demanda al alza, y es que "las Naciones Unidas prevén que la población mundial aumente de los 8.000 millones actuales a 9.800 millones en la década de 2050, concentrada en los mercados emergentes, lo que se traducirá en más recursos para satisfacer las necesidades alimentarias, de consumo de bienes y de viajes de la población mundial".
"El crecimiento de la población no sólo mantendrá el crecimiento de la demanda de materias primas, sino que el potencial de aumento del PIB per cápita en estos países en desarrollo puede ser uno de los principales motores. El aumento del nivel de vida hasta cierto nivel va de la mano del aumento del consumo de energía", detalla Hottner.
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Julius Baer ve los precios del petróleo "por debajo de los 70 dólares a largo plazo"Además, se espera que para 2050 dos tercios de la población viva en ciudades o centros urbanos, con un aumento previsto de 2.500 millones de personas en las ciudades en comparación con la actualidad, lo que creará "megaciudades".
Hottner considera que "este desarrollo creará una demanda adicional de recursos y servicios en las zonas urbanas (vivienda, transporte, sistemas energéticos y otras infraestructuras), principalmente en los mercados emergentes".
"Los proyectos de urbanización masiva de China en las dos últimas décadas, uno de los mayores auges de la construcción de la historia, son un ejemplo de cómo estos desarrollos pueden impulsar la demanda de materias primas. Como resultado de estos proyectos, China consumió alrededor de la mitad del suministro mundial de metales para construir esta infraestructura física, y se convirtió en el mayor importador de petróleo del mundo", indica.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Otro de los motivos que encuentra la firma para apostar por el futuro de las materias primas es la transición energética, a pesar de los efectos que puede tener sobre la demanda de hidrocarburos, un factor que está causando "incertidumbre" entre muchos productores de petróleo.
La gestora identifica "buenas noticias a corto plazo para el consumo de materias primas debido al cambio hacia la energía neta cero", como la ampliación de la tecnología solar, eólica y de almacenamiento, que "implica enormes cantidades de construcción de infraestructuras, todo lo cual depende de un uso significativo de las materias primas".
"Las tecnologías que contribuyen a la descarbonización, como los vehículos eléctricos y las energías renovables, requieren un uso intensivo de metales. Los vehículos eléctricos requieren entre 7 y 10 veces más metales que los vehículos con motor de combustión interna, y la generación de energía a partir de fuentes descentralizadas aumenta la demanda de metales", explica Hottner.
En este sentido, apunta que "la atención se centra en el incipiente déficit de oferta de cobre, ya que el crecimiento de la demanda está impulsado por las energías renovables".
"Para incentivar una mayor oferta, los precios deben subir sustancialmente con respecto a los niveles actuales. La oferta se enfrenta a factores como el descenso de la ley del mineral, la rebelión de las comunidades locales contra la construcción de minas por motivos medioambientales, los sobrecostes debidos a la inflación y la escasez de agua", señala.
En lo que respecta al petróleo y al gas, cree que su demanda seguirá siendo "importante a pesar de la tendencia de algunos países hacia un futuro 'net zero'", ya que "muchos economistas prevén que el pico de demanda de petróleo se producirá probablemente a mediados de la década de 2030, seguido de una larga meseta".
"Aunque los vehículos eléctricos ganarán cuota de mercado, la sustitución de todo el parque automovilístico llevará tiempo, sobre todo en los mercados emergentes. El aumento global de vehículos en sentido general compensará el descenso del uso de petróleo en la próxima década en los países que apliquen políticas de consumo neto cero", concluye.