Hay que fijarse en las condiciones y ajustarse a nuestra capacidad económica
A muchos nos hace falta en alguna ocasión un dinero extra para realizar cualquier proyecto que tengamos en mente. En estas ocasiones es cuando puede venirnos bien la ayuda económica de un préstamo personal. Sin embargo, solicitar un crédito no es sencillo por lo que hay que tener en cuenta una serie de consejos que nos facilitarán tomar la mejor decisión.
Lo primero que hay que tener en cuenta son los requisitos que nos van a exigir para poder adquirir este producto financiero. Tener un contrato de trabajo o demostrar solvencia económica son los principales.
Además, también nos pedirán un justificante o documento que acredite en qué vamos a gastar el dinero solicitado, puesto que muchas entidades disponen de diferentes tipos de préstamo con condiciones variables dependiendo de la finalidad.
Las entidades de capital privado pueden aplicar intereses de hasta el 40%
Si decidimos acudir a una entidad de capital privado hay que tener cuidado con los tipos de interés, ya que aplican unos intereses mucho más elevados que los bancos que en ocasiones pueden llegar hasta el 40%. Sin embargo, a cambio ofrecen una respuesta más rápida y pueden exigir menos condiciones.
Una vez que hecha la comparación de las entidades, si ya hemos decidido a la que vamos a recurrir, otro consejo importante es leer bien todas las cláusulas y condiciones del contrato: tipo de interés, comisiones de apertura o cancelación anticipada, obligación o no de contratar productos vinculados (seguro, tarjeta, etc.), o intereses de demora.
Puesto que nunca se sabe los imprevistos que pueden surgir, es aconsejable acudir a préstamos que no nos cobren por devolverlo anticipadamente y que la comisión por prórroga en la fecha de pago sea la más baja posible.
En cuanto a los plazos, hay que intentar que la devolución se haga en el menor número de mensualidades posible, ya que así los intereses que pagaremos serán menores. Eso sí, siempre hay que tener en cuenta nuestra capacidad económica tanto a la hora de calcular la cuota a pagar como la cantidad que vamos a solicitar, pensando en que podamos asumirla cómodamente.