¿Cómo financiar las vacaciones este verano?

La financiación puede ser una buena forma de evitar pagar de golpe todos los gastos

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Las vacaciones de verano ya están aquí. Tras meses de duro trabajo, llega el momento de tomarse un merecido descanso, aunque puede que el destino soñado suponga realizar un desembolso algo más elevado de que habíamos imaginado en un principio. Sin embargo, no hay de qué preocuparse, ya que el bolsillo no tiene por qué notar nada. Y es que hoy en día hay muchas formas de financiar un viaje.

La financiación puede ser una buena forma de evitar pagar de golpe todos los gastos que conlleva irse de vacaciones, aunque también hay que tener en cuenta que se debe hacer de forma responsable para evitar un sobreendeudamiento. Así, la forma de financiación que se elija dependerá de los gastos que se quieran abonar (todo el viaje, sólo una parte como el vuelo...). De hecho, lo más común es pagar con ahorros los gastos más comunes de las vacaciones y recurrir a la financiación para pagar a plazos los grandes gastos, tales como el transporte y la estancia.

Los expertos aconsejan elaborar un presupuesto e intentar ajustarse al máximo a él, de forma que a la hora de pedir financiación se sepa con exactitud cuánto hay que solicitar y cuál es la mejor forma de devolver el dinero.

¿QUÉ TIPO DE PRÉSTAMO SE PUEDE PEDIR?

Los bancos y los establecimientos financieros de crédito han diseñado créditos al consumo especiales para financiar las vacaciones que son más asequibles que nunca (entre los préstamos más baratos, ninguno cobra un interés que supere el 7% TIN), dada la batalla de precios que mantienen para captar clientes y también gracias a los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).

Actualmente los préstamos personales permiten solicitar cifras elevadas, y son aconsejables para todo aquel que quiera solicitar una financiación superior a 1.000 euros. Tienen intereses más bajos, aunque hay que tener en cuenta que los trámites para solicitarlos pueden alargarse hasta un mes y que hay riesgo de que la entidad deniegue el crédito. Por eso, lo mejor es comparar las opciones que ofrecen las distintas entidades para no quedarse sin las esperadas vacaciones.

De esta forma se podrá elegir la mejor opción de financiación teniendo en cuenta el plazo de devolución, el interés que se va a cobrar (TIN), las comisiones y la vinculación que requiere el préstamo solicitado.

Eso sin olvidar que además de los préstamos personales y los minicréditos que se pueden encontrar en el mercado, las tarjetas de crédito también son una buena opción para financiar las vacaciones, ya que estos 'plásticos' permiten disponer de dinero a crédito al instante y devolverlo mediante diferentes modalidades de pago. Aunque con una tarjeta de crédito habrá que pagar, como mínimo, entre un 10% y un 15% TIN, e incluso si se elije una tarjeta que no obligue a cambiar de banco, el interés se podría disparar hasta el 18%-22% TIN.

¿CUÁNTO PEDIR PARA NO ENDEUDARNOS DEMASIADO?

El gasto medio por persona para los viajes de verano rondará este verano los 1.600 euros, aunque algunos portales de viajes apuntan a una horquilla mucho más amplia, que va de los 1.000 a los 3.000 euros, en función del destino y la duración de la estancia. Sea cual sea el desembolso, los expertos recomiendan calcular el gasto máximo y mantener el presupuesto elaborado para evitar dolores de cabeza en la temida cuesta de septiembre.

Cada persona puede pedir lo que necesite, aunque lo mejor es pagar el máximo con ahorros y recurrir a la financiación para enfrentar solo una parte del viaje. Sobre todo porque no se trata de una necesidad primordial.

CONSEJOS SOBRE CÓMO DEVOLVERLO

A la hora de escoger el plazo de reembolso, habrá que tener en cuenta que cuanto más se aplace la devolución, más intereses se generarán. Por tanto, la recomendación es siempre escoger cuotas asequibles y que no generen demasiados intereses sobre el capital pendiente, para no pagar demasiados intereses.

Para ello es imprescindible conocer cuál es la capacidad económica personal, ya que eso ayudará a no pedir más dinero del que se necesita y, con ello, se evitará también entrar en una espiral de deudas de la que puede ser complicado salir. Lo mejor, no quedarse con la primera opción, sino buscar y comparar entre todas los préstamos disponibles.

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