Otra insensible fiesta de cumpleaños de Robert Mugabe
El presidente de Zimbabue celebrará su cumpleaños número 92 por todo lo alto, con miles de invitados y miles de platillos, mientras su país atraviesa una de las peores sequías.
A Robert Mugabe los diarios lo llaman presidente por costumbre más que por convicción, pues ha estado en el poder 36 años y desea más.
Robert Mugabe, presidente de Zimbabue, celebrará su cumpleaños 92 por todo lo alto en su país, y en un muy mal momento para ostentar. Lo ha anunciado en el periódico estatal Sunday Mail, en un suplemento en el que se compara el cumpleaños de Mugabe con el de Jesucristo, un pilar tanto del cristianismo como del Islam. A Robert Mugabe los diarios lo llaman presidente por costumbre más que por convicción, pues ha estado en el poder 36 años y desea más.
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La fiesta de cumpleaños de Mugabe será el sábado 27 de febrero, no en Harare, la capital, sino en la ciudad de Masvingo, al sureste. Masvingo es uno de los poblados que más apoyan a Mugabe. Desde 1986, este político, a quien “The New Yoker” llamó “El Destructor” de Zimbabue” en un extenso perfil escrito por Jon Lee Anderson, ha festejado su cumpleaños con banquetes exóticos y numerosos invitados. No se conoce con precisión matemática cuánto dinero se destinará al agasajo de Mugabe en su cumpleaños número 92, pero se calcula que el costo no será menor al de años previos, en el que se dispuso de US$1 millón para mantener a todos contentos.
Desde 1986, este político, a quien “The New Yoker” llamó “El Destructor” de Zimbabue” en un extenso perfil escrito por Jon Lee Anderson, ha festejado su cumpleaños con banquetes exóticos y numerosos invitados.
El cumpleaños de Mugabe es criticado puesto que se realizará en un muy mal momento: el país y gran parte de África atraviesa una de sus peores sequías. Más de tres millones de personas en Zimbabue viven gracias a la ayuda internacional, en forma de comida, que llega a sus casas desde los Estados Unidos y la Unión Europea, según Naciones Unidas. Pero esto no detiene a Mugabe y su partido, el Zanu PF, que ha hecho esfuerzos para recaudar fondos para la fiesta de Mugabe, en una reciente cena organizada por el partido reinante, al que asistieron políticos y hombres de negocios, y quienes pagaron entre US$5,000 y US$10,000 por una mesa para diez personas.
Las críticas contra el cumpleaños de Mugabe son frecuentes, y frecuentes también son sus desaires. El cumpleaños noventa de Mugabe se celebró con una torta de 89 kilogramos, mientras el país iba en picado hacia una crisis financiera, aumento del desempleo y una abrupta ralentización de la economía. En el cumpleaños 91 de Mugabe hubo música, baile, como en todas las fiestas, y elefantes, como no en todas las fiestas, y alrededor de 20,000 invitados. Todos asistieron emperifollados a un lujoso campo de Golf cerca de las cataratas Victoria para celebrar la eternidad de Mugabe, mientras le daban la espalda a la realidad zimbabuense.
Días o semanas después del festejo, Mugabe vuela con mucha frecuencia a Singapur, país en el que recibe tratamiento médico; probablemente haga lo mismo en su cumpleaños 92, con el fin de llegar al cumpleaños 93, en un país, su país, en donde las expectativas de vida de la población de a pie son de 44 años para los hombres y 43 para las mujeres. “Yo no sé cómo he llegado a los noventa”, dijo en una ocasión Mugabe.
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