Minem: Southern Copper aún no logra acuerdo con la población de Islay por proyecto Tía María
“Sabemos que parte de la población ha decidido hacer una marcha pacífica todos los martes. Eso demuestra que todavía le falta trabajar a la empresa [en lograr un acuerdo]”, refirió el viceministro Shinno a la prensa.
La semana anterior un diario mexicano anunció que Grupo México, empresa matriz de la minera Southern Copper, que en Perú opera las minas de cobre Toquepala y Cuajone, había llegado a un acuerdo con los pobladores de Islay para poner en marcha el plan minero de US$1,400 millones Tía María. Hoy el viceministro de Minas Guillermo Shinno lo ha desmentido.
Shinno especificó que el Gobierno peruano aún no ha entregado la licencia de construcción a la empresa minera, que sí cuenta con la aprobación de su estudio de impacto ambiental.
El representante del Ministerio de Energía y Minas (Minem) dijo que Grupo México aún trabaja en el “reencuentro” con los pobladores de la zona del departamento de Arequipa, que a inicios del 2015 salieron a las calles para impedir que el proyecto de cobre consiguiera la licencia para construir. Los enfrentamientos entre los pobladores y la policía causaron varias muertes, tanto de civiles como de policías.
“Sabemos que parte de la población ha decidido hacer una marcha pacífica todos los martes. Eso demuestra que todavía le falta trabajar a la empresa [en lograr un acuerdo]”, refirió el viceministro a la prensa. Este período de “reencuentro” con la población y “pausa” temporal del proyecto, ofrecido por la empresa tras las violentas protestas contra Tía María, fue solo por 60 días, aunque ya se ha extendido más seis meses.
Shinno especificó que el Gobierno peruano aún no ha entregado la licencia de construcción a la empresa minera, que sí cuenta con la aprobación de su estudio de impacto ambiental. Este es el segundo estudio de impacto ambiental que la minera tuvo que elaborar, luego de que el primero fuera observado por Naciones Unidas.
En este nuevo estudio ambiental la minera se compromete a no utilizar agua del río Tambo y sí solo agua del mar, para lo cual han propuesto construir una planta desaladora en la zona. Aun así, los pobladores temen que los trabajos de minado contaminen con metales y minerales la napa freática.
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