¿Qué piensa Angus Deaton de los ricos, de la democracia, de la desigualdad?
El premio nobel de economía y profesor de Princeton quedó sorprendido al llegar a los Estados Unidos y notar que nadie hablaba de un asunto importantísimo: la desigualdad económica.
Actualizado : 19:40
El escocés Angus Deaton, el ahora profesor de Princeton y premio nobel de economía, llegó a Estados Unidos para sorprenderse. En una carta del 2014, citada por la publicación Slate, Deaton narra su asombro por el poco interés que los Estadounidenses tenían (¿tienen aún?) por la desigualdad económica.
“La igualdad política, que es un requisito en el sistema democrático, está siempre bajo amenaza por la desigualdad económica, y mientras más extrema sea la desigualdad económica, más grande será la amenaza para la democracia”, reflexiona Deaton.
El desinterés de esta sociedad norteamericana por la desigualdad era general y se extendía también hasta el ámbito político. “En Política también, la desigualdad en los ingresos interesa poco”, escribió un sorprendido Deaton. Y más adelante: “Los intentos de los políticos demócratas por hablar de la desigualdad o la redistribución son vulnerados por los gritos de ‘lucha de clases’ por los republicanos. Los estadounidenses, nos han dicho, creen en el ‘sueño americano’, que todos podrían ser ricos si trabajan duro para conseguirlo”.
El Premio Nobel de Economía otorgado a Deaton es trascendente porque, luego de mucho tiempo, se ponen en duda más que nunca los mecanismos tradicionales para luchar contra la pobreza y reducir la desigualdad en el mundo, tanto en tiempos de bonanza como en eras de crisis. Angus Deaton, en el prólogo de su libro The Great Escape: Health, Wealth, and the Origins of Inequality, explica por qué le puso el título de “El gran escape”. Sucede que “El gran escape”, dice, es el título de una película sobre un hombre que escapa de una prisión durante la Segunda Guerra Mundial.
Deaton pues indica que este libro, publicado en el 2013, cuenta la historia de los grandes escapes de la humanidad de las privaciones y las muertes prematuras. Más adelante, Deaton es más claro con su intención al redactar el libro: “Este libro trata del interminable baile entre la desigualdad y el progreso, sobre cómo el progreso crea desigualdad, y como la desigualdad puede ser de ayuda algunas veces (mostrándonos otros caminos, proveyendo incentivos para alcanzarlos) o a veces solo un estorbo (cuando los que han podido escapar protegen sus posiciones destruyendo las rutas por las que han logrado escapar y han dejado atrás). Esta es una historia que ha sido contada muchas veces, peor quiero ahora contarla de un modo distinto”.
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La opinión de Deaton sobre la desigualdad en el mundo tiene su origen en lo que él piensa de los más ricos de nuestra especie, que ha utilizado constantemente, dice, el argumento de que los que no son como ellos los envidian. Las consecuencias extremas de la desigualdad, afirma Deaton, no tienen nada que ver con ello, con el resentimiento o la lucha de clases, sino con la democracia, con el sistema democrático, con su salud y su supervivencia. La desigualdad de los ingresos, la desigualdad entre ricos y pobres, amenaza la democracia y por ello es importante solucionar este problema. Porque es un problema.
“La igualdad política, que es un requisito en el sistema democrático, está siempre bajo amenaza por la desigualdad económica, y mientras más extrema sea la desigualdad económica, más grande será la amenaza para la democracia”, reflexiona Deaton. Y añade: “Si la existencia de la democracia está comprometida”, entonces también el bienestar social lo está.
Los muy ricos, escribe Deaton, “tienen muy poca necesidad de que el Estado les provea educación o cuidado médico (…) Ellos tienen incluso menos razones para apoyar el seguro médico universal o preocuparse por la baja calidad de las escuelas públicas que infestan gran parte del país. Ellos se opondrán a cualquier regulación a los bancos que limite sus ganancias, incluso si esta ayuda a aquellos que no pueden cubrir la hipoteca o proteger a la población de préstamos predadores, anuncios engañosos o incluso la repetición de una crisis financiera”.
Angus Deaton explica que preocuparse por la desigualdad no debe interpretarse como celos por los ricos. “Se trata del efecto en toda la sociedad cuando los boyantes son demasiado ricos como para poder efectivamente impulsar decisiones políticas y así alinearse con sus poco corrientes preferencias políticas”.
Angus Deaton publicó su libro The Great Escape: Health, Wealth, and the Origins of Inequality siete meses antes de que apareciera en las librerías El capital en el siglo XXl, del francés Thomas Piketty.
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