La espera de Mauricio Fiol, el nadador peruano que dio positivo a estanozolol
“Mauricio es un gigante”, decía el relator peruano de la final de los 200 metros mariposa de los Juegos Panamericanos Toronto 2015 instantes después de que Mauricio Fiol, el mejor nadador del Perú en décadas, llegara segundo y obtuviera la medalla de plata y perdiera la de oro, que obtuvo el brasileño Leonardo de Deus. Pero Mauricio Fiol, dicen las pruebas de laboratorio, hizo trampa.
“Mauricio es un gigante”, decía el relator peruano de la final de los 200 metros mariposa de los Juegos Panamericanos Toronto 2015 instantes después de que Mauricio Fiol, el mejor nadador del Perú en décadas, llegara segundo y obtuviera la medalla de plata y perdiera la de oro, que obtuvo el brasileño Leonardo de Deus, por ser 14 centésimas más rápido. “Tremenda carrera de Mauricio, Mauricio es un gigante”, gritaba el relator, peruano, lleno de orgullo. “Es la carrera más rápida de Mauricio Fiol en su trayectoria”. En efecto, el nadador peruano acabó la carrera con un crono de 1 minuto, 55 segundos y 15 centésimas. Pero Mauricio Fiol, dicen las pruebas de laboratorio, hizo trampa.
Dos días antes de nadar como un tritón, la Organización Deportiva Panamericana le pidió a Fiol que se sometiera a un control antidopaje, simple rutina. Cuatro días después, ayer, 16 de julio, el Comité Olímpico Peruano envió un comunicado a todas las salas de prensa, un comunicado firmado por la jefa de misión, Maggie Martinelli Montoya: Mauricio Fiol Villanueva, nuestro querido nadador, ha dado positivo a la sustancia estanozolol.
Doparse y ser descubierto equivale al ostracismo deportivo. Tu buena reputación se viene a pique y todos tus logros anteriores son puestos en duda, incluso tu talento. Lo sabemos todos los que hemos cometido grandes errores.
En un país como Perú, en donde los deportistas de disciplinas poco populares como el nado, como el atletismo, tienen que remar a contracorriente, en un país en donde se gana poco con el fútbol y poquísimo en otros deportes, la medalla de plata de Fiol era una gran noticia. Su segundo lugar frente a competidores de países adelantados al nuestro significaba que con esfuerzo, con dedicación, con amor propio, se puede lograr hazañas impensadas. Pero la medalla de plata ya no la lleva colgada Fiol sino otro.
Leo por allí que el estanozolol o stanozol es un anabolizante derivado de la testosterona que se vende en forma de pastillas, muy común en el mundo de los culturistas, pues ayuda a perder grasa sin menoscabo de la masa corporal magra, y a veces es recomendado por los veterinarios para ayudar a estimular el apetito de los animales débiles o debilitados. Desde 1976 fue puesto en el baúl de las sustancias prohibidas por el Comité Olímpico y aun así se han dado con casos de deportistas talentosísimos que lo han consumido, sabiéndolo o no. En 1988, se encontró la sustancia en el ya de por sí prodigioso organismo del velocista canadiense Ben Johnson, que acababa de ganar la final de los 100 metros planos en las Olimpiadas de Seúl. Estanozodol también se encontró en el atleta ruso Anton Galkin y la atleta francesa Latifa Essarokh, circula por la web.
Doparse y ser descubierto equivale al ostracismo deportivo. Tu buena reputación se viene a pique y todos tus logros anteriores son puestos en duda, incluso tu talento. Lo sabemos todos los que hemos cometido grandes errores. El ciclista Lance Armstrong no es recordado por sus victorias en el Tour de France sino por haber hecho trampa una y otra vez: su resistencia aeróbica y sus potentes muslos no eran producto del trabajo duro y, por duro, penoso, sino una farsa. Doparse, ser descubierto y luego volver al ruedo, competir en igualdad de condiciones y volverse a ganar el respeto de los colegas es también una tarea casi imposible, pregúntenle al velocista estadounidense Justin Gatlin, que está haciendo últimamente sus mejores tiempos y a sus 32 años. Gatlin corre ahora más rápido que cuando se dopaba y ya anda cercano a los cronos de Usain Bolt y si sigue así será uno de los pocos velocistas, junto con Yohan Blake, que podrán hacerle sombra al rayo jamaicano. Está a un nivel altísimo pero sus triunfos han perdido brillo pues el recuerdo de que consumía sustancias prohibidas está tatuado en su piel y no lo puede borrar.
Mauricio Fiol niega haber ingerido estanozodol. “No sé lo que ha pasado. Estoy confundido”, dijo el nadador peruano, hecho una lágrima, en una breve aparición ante la prensa. No obstante, tras haber negado que consumió esa sustancia, en un giro muy extraño, ofreció disculpas: “Pido perdón al país, a mi familia, amigos, entrenadores y auspiciadores”. Fiol Villanueva deberá abandonar la Villa de Atletas en las próximas horas y esperar en un hotel los resultados de la prueba B que ha solicitado el nadador, una prueba de laboratorio que confirmará que se dopaba y que es un tramposo o que, por el contrario, aclarará que hubo un error en el proceso de análisis, que alguna enfermera descuidada confundió las muestras, que Mauricio Fiol no consumió estanozolol, que todo fue una pesadilla, y que la medalla de plata, obtenida en los 200 metros estilo mariposa, la ha conseguido limpiamente y nadie puede mirarle por encima del hombro.
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