Pekín ofrece una serie de prerrogativas a la administración Trump como un mejor acceso a las firmas de servicios financieros y a las exportaciones de vacuno
La “foto finish” de la cumbre que el presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping mantuvieron el 6 y el 7 de abril en Mar-a-Lago (Florida), sirvió para calmar los ánimos de los inversores y para constatar que por ahora no se desatará la tan temida guerra comercial entre las dos primeras potencias mundiales. Las concesiones que Pekín está dispuesta a hacer para esquivar las imposiciones de aranceles con las que el líder republicano ha amenazado largamente al Gobierno de Xi pasan por mejorar el acceso a los inversores estadounidenses y por permitir las importaciones de vacuno estadounidense.
“Parece que la reunión fue constructiva y que el peor escenario posible de una guerra comercial a todos los niveles se han podido evitar, al menos por ahora, lo que supone una señal positiva para los mercados”, explican analistas de Rabobank. En la rueda de prensa conjunta que ambos líderes ofrecieron al acabar su encuentro, Trump afirmó que se había hecho un “tremendo progreso” y que la relación con China era “sobresaliente”. Xi, por su parte, aseguró, en un comunicado, que tenían “millones de razones para mantener buenas relaciones con EEUU y ni una sola para dinamitarlas”.
Trump afirmó que se había hecho un “tremendo progreso” y que la relación con China era “sobresaliente”
La base para que florezca este entendimiento mostrado, fruto de la sintonía entre ambos líderes, es un plan de 100 días, que se comenzó a esbozar durante la reunión, del que informó el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross y que servirá de base para llegar a un completo entendimiento en materia de comercio exterior.
Aunque los detalles no han trascendido, según informaciones que publica Financial Times, las concesiones que China está dispuesta a hacer pasan por permitir que los EEUU realicen inversiones en el mercado financiero chino, como medida para recortar los 3.470 millones de dólares de déficit comercial que mantienen con el mayor exportador del mundo. Además, Pekín también franqueará la entrada de carne de vacuno y de productos agrícolas estadounidenses.