Justicia crea una Fiscalía especial para investigar la injerencia de Rusia en las elecciones de EEUU
La última tormenta política que se ha desatado sobre el presidente de los EEUU, Donald Trump, arrecia con fuerza sobre el republicano. Después de que se le haya acusado, por parte de varios medios estadounidenses, de injerencias en la investigación que el FBI llevaba a cabo sobre los vínculos con Rusia del ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, miembros de su propio partido creen que pudo haber recibido pagos del mismísimo presidente ruso, Vladimir Putin. Paralelamente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha creado una Fiscalía especial encargada de investigar la presunta injerencia de Rusia en las elecciones que tuvieron lugar el pasado 8 de noviembre y en las que salió victorioso Donald Trump. Lo que ya se conoce como 'Rusiagate'.
En un comunicado, el vicefiscal general, Rod Rosenstein, ha anunciado la designación del exdirector del FBI Robert Mueller para el cargo de supervisor de la investigación, recoge Europa Press. "En mi capacidad como fiscal general en funciones, he determinado que es de interés público ejercer mi autoridad y designar un consejero especial para asumir la responsabilidad en esta materia", ha señalado en el texto.
"Mi decisión no supone que se haya determinado que se cometió algún delito ni tampoco garantiza que se lleve a cabo un procesamiento", ha explicado Rosenstein, matizando que todavía no se ha determinado nada al respecto.
En el comunicado, el fiscal general en funciones ha explicado que en el departamento de Justicia se llevan a cabo cada año "decenas de miles de investigaciones" y ha expresado su "confianza en la independencia e integridad" de los empleados de la Secretaría y en los procedimientos.
PAGOS DE PUTIN
La relación entre Trump y el Gobierno de Moscú ha levantado la polémica desde antes incluso de que el republicano llegara a la Casa Blanca. La publicación de los correos electrónicos de miembros del Partido Demócrata en vísperas de las elecciones, entre ellos del entorno de la excandidata Hillary Clinton, ha provocado que Washington sospeche de que Rusia interfirió en los comicios para favorecer al actual mandatario.
Desde entonces, los contactos entre el exasesor de Seguridad Nacional y el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergei Kisliak, que le obligaron a dimitir de su cargo menos de un mes después de asumirlo, o las recientes conversaciones entre Trump y el secretario de Estado ruso, Sergei Lavrov, en las que presuntamente habrían abordado información altamente clasificada han contribuido a que la polémica continúe. Con la investigación en curso, se espera esclarecer estos hechos y el mismo presidente de EEUU espera que se demuestre que no existió la interferencia del Kremlin en su campaña política.
Pero siguen saliendo informaciones que vinculan al magnate con el Kremlin. El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, aseguró antes de que Donald Trump fuera nominado oficialmente por el Partido Republicano como candidato a la Casa Blanca, que había "dos personas" que creía que habían recibido pagos por parte del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y que una de esas dos personas era el propio Trump.
"Hay dos personas a las que creo que Putin paga: Rohrabacher y Trump", afirmó el republicano en una conversación privada que mantuvo con otros líderes de la formación, según una grabación del encuentro a la que ha accedido el diario 'The Washington Post'.