La semana pasada, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con mantener el cierre de Gobierno que mantiene parcialmente paralizada la administración del país durante “meses o años”. Se consideró entonces que había sido un giro retórico, la enésima amenaza destinada a la oposición demócrata con el objetivo de que ésta acepte que el Congreso apruebe la financiación del muro fronterizo con México, pero pasa el tiempo y 22 días después del inicio, éste es ya el cierre de Gobierno más largo de la historia de Estados Unidos.
La última vez que la gran potencia mundial se enfrentó a una situación parecida fue en las Navidades de 1995, cuando el demócrata Bill Clinton era el presidente y el Gobierno estadounidense estuvo parado 21 días.
Este viernes, 800.000 trabajadores públicos entre los que se cuentan jueces, policías, ingenieros de la NASA, meteorólogos y administrativos, no recibieron su sueldo mensual por primera vez. El Gobierno aprobó un decreto ese mismo día para asegurar que sean pagados tan pronto como acabe el cierre, pero no hay señales de que ese momento pueda estar cerca.
IMPACTO RELATIVAMENTE PEQUEÑO
“Este cierre se está expandiendo por dos trimestres y tendrá efectos en el PIB en ambos”, declara la analista Nancy Vandeen Houten, de Oxford Economics, que, sin embargo, indica que el impacto sobre el PIB será relativamente pequeño debido a la naturaleza parcial del cierre.
De mayor relevancia será la no publicación de varios datos macroeconómicos importantes, que necesitarán varios meses para reprogramarse y hacer que el calendario vuelva a la normalidad. “Esto puede hacer que las decisiones de la Fed sean más difíciles en un momento en el que las decisiones se han vuelto muy dependientes de los datos”, explica Vandeen Houten.
Según los cálculos de S&P Global Ratings, la economía estadounidense ha perdido ya 3.600 millones de dólares a causa del cierre y, en dos semanas, habrá perdido más de los 5.700 millones que la Casa Blanca reclama para la construcción del muro. “Esto puede parecer poco dinero para la mayor economía del mundo, pero supone mucho para los trabajadores que tratan de pagar las facturas sin cobrar”, dice S&P en una nota de prensa.
IMPLICACIONES DIRECTAS E INDIRECTAS
El impacto de un cierre tiene implicaciones económicas directas e indirectas, entre las que se cuentan vacaciones canceladas a parques nacionales, museos y monumentos, que permanecen cerrados durante el paro, o los contratos perdidos por empresas que trabajan para la administración. “Mientras que un cierre corto puede no cambiar los planes de negocio, uno largo podría obligar a reducir las plantillas, aumentando la gravedad de la situación”, explica S&P.
El pasado 9 de enero, Fitch Ratings avisó de que podría recortar la calificación crediticia de triple A que mantiene sobre la deuda soberana de EEUU si republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo con el presupuesto y vuelve la normalidad a la Administración.
La construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos fue una de las promesas estrella de Trump durante la campaña electoral de 2016, pero se ha convertido en un callejón sin salida ante el rechazo frontal de los demócratas, que tienen la mayoría en el Cámara de Representantes tras las elecciones de noviembre.
La única medida propuesta para salir del bloqueo ha sido la amenaza de Trump de declarar el estado de emergencia, considerada ilegal por buena parte de la oposición y algunos representantes republicanos. En un mensaje dirigido expresamente a los funcionarios que se quedaron ayer sin su sueldo, el vicepresidente, Mike Pence, se mostró optimista: “Vamos a solucionar esto, vamos a daros el apoyo que necesitéis, vamos a construir ese muro”.