El directivo afirma que Renault pierde 20 millones diarios en capitalización desde su detención
El que fuera presidente de las compañías automovilísticas Renault, Nissan y Mitsubishi, Carlos Ghosn, ha comparecido este miércoles en Beirut por primera vez desde su huída de Japón y ha asegurado que las acusaciones y detenciones en el país asiático forman parte de una "conspiración" entre algunos directivos de Nissan y el Gobierno nipón.
Ghosn señaló que existen dos razones principales para que se hayan producido las diferentes acusaciones contra su persona. La primera de ellas, el deterioro de los resultados de la compañía desde 2017, cuando este decidió dejar el cargo de consejero delegado para centrarse en la alianza con Mitsubishi.
El segundo motivo fue, en su opinión, el malestar tanto en la cúpula de Nissan como en el Gobierno de Japón por la posición dominante del Gobierno de Francia en el accionariado de Renault, lo que motivaba una desconfianza sobre la influencia de la marca francesa sobre la japonesa.
"Esta puede ser la principal razón por la que yo esté aquí hoy", explicó el directivo, destacando que desde Japón se pensaba que había demasiada influencia de Renault sobre Nissan, por lo que se buscó una mayor separación entre ambas.
Tras esta decisión, Ghosn indicó que en la actualidad la alianza entre Renault-Nissan-Mitsubishi es una "farsa", ya que no está funcionando como debería, sin experimentar crecimiento en su negocio, sin invertir en desarrollo de nuevas tecnologías y sin obtener sinergias entre las diferentes marcas.
Ghosn, que reafirmó ser inocente de todos los delitos de los que se le acusa y aseguró tener documentos que lo demuestran, recordó que en 2017 la alianza era "líder" en el sector, con previsión de crecimiento y con planes de añadir a Fiat Chrysler Automobiles (FCA).
"Estaba negociando con John Elkann (presidente de FCA). Ahora todo eso se ha perdido, no se ha seguido adelante con la integración de Fiat Chrysler. ¿Cómo han perdido esta oportunidad de ser líder? Es increíble que esto haya pasado", aseguró, al tiempo que se preguntó cómo se ha dejado que sea el Grupo PSA el que se fusione con FCA.
En esta línea, subrayó que desde que fuera arrestado por primera vez, en noviembre de 2018, la capitalización de Renault y de Nissan se ha desplomado y afirmó que Renault ha perdido 20 millones de euros diarios y Nissan unos 40 millones de euros cada día.
En lo referente a las acusaciones a las que se enfrenta en Japón, el directivo dijo que no se esperaba su detención y que fue apartado "brutalmente" de su mundo, de sus responsabilidades en las empresas en las que trabajaba y de su familia.
Ghosn subrayó que durante su estancia en prisión estuvo en una celda sin ventana y sin contacto humano durante muchos días, al tiempo que criticó haber sido interrogado sin tener acceso a las pruebas y sin poder hablar con su familia.
"Durante los 130 días de detención, cada día luché por mi inocencia", destacó, al tiempo que indicó que su fuga a Líbano se explica para poder obtener justicia, ya que en Japón un sistema judicial "corrupto" lo hacía imposible.
El directivo indicó que sus acusaciones provienen de personas "sin escrúpulos" tanto en Nissan como en la Fiscalía de Tokio. "Los hechos, la verdad y la justicia eran irrelevantes para estos individuos, fue la decisión más difícil de mi vida", apuntó.
Respecto a los delitos, confirmó no haber percibido ninguna remuneración no autorizada y que lo que ganó fue aprobado por el consejo de administración y revisado por las diferentes auditorías realizadas a lo largo de los años.
Por otro lado, se refirió a la denominada "reserva del consejero delegado", señalando que no era una partida presupuestaria secreta y opaca, sino que cada movimiento que se hacía con esos fondos era aprobado por cuatro personas (un responsable legal, un 'controller', un directivo y por él mismo).
También afirmó que la ofensiva realizada por la compañía para expandir su negocio en Oriente Medio buscaba frenar la posición dominante de Toyota en la región, para lo que se incentivó la venta de sus vehículos, "menores que los de la competencia" y que no fueron a parar a ninguna sociedad sospechosa.
En cuanto a las acusaciones de que celebró su cumpleaños en Versalles (París) a cargo de la empresa, el directivo afirmó que se organizó un evento de trabajo en el que dio un discurso ante los asistentes, que eran socios venidos de diferentes países. Además, señaló que las casas que utilizaba en Líbano y Brasil eran propiedad de la empresa y para ello tenía autorización del consejero delegado en ese momento, Hiroto Saikawa, entre otros.
Ghosn fue detenido por primera vez en noviembre de 2018 en Japón, después de que Nissan realizara una investigación interna en la que detectó irregularidades en relación con la remuneración publicada por el directivo durante más de diez años con una diferencia de unos 82 millones de dólares (72,5 millones de euros) y también por haber transferido pérdidas de sus negocios personales a la empresa.
En primavera del año pasado fue detenido de nuevo, acusado de intentar enriquecerse a costa de su posición como máximo responsable de la empresa. No obstante, fue puesto en libertad en Japón, aunque se le fueron retirados los dos pasaportes de los que disponía y se le prohibió abandonar el país.
A finales del año que acaba de terminar, el directivo huyó por sorpresa de Japón, supuestamente oculto en la caja de unos instrumentos musicales, con destino Beirut, aunque realizó una parada en su avión privado en Turquía para cambiar de aeronave.