Este proyecto aborda el encontrar una nueva utilidad para las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Naturgy, en colaboración con la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), adscrita al Instituto para la Transición Justa (ITJ) dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha puesto en marcha su primer proyecto de baterías de vehículos de segunda vida para el almacenamiento energético.
En un comunicado remitido este jueves, ambas entidades explican que han finalizado las primeras pruebas para la instalación y puesta en marcha de un sistema de almacenamiento energético basado en baterías de segunda vida procedentes de vehículos eléctricos de la marca Mercedes-Benz.
Estas baterías empleadas para las pruebas tienen una doble procedencia: o bien habían sido descartadas en la fábrica de la marca automovilística debido a una degradación temporal o retiradas de circulación tras su uso en carretera.
En el marco de este proyecto, se han instalado aproximadamente 0,5 MWh de capacidad de almacenamiento energético mediante estos sistemas de baterías de segunda vida.
Naturgy explica que durante los próximos dos años se llevarán a cabo pruebas exhaustivas para analizar cómo se comportan las baterías en distintas situaciones, para obtener información sobre su rendimiento y degradación bajo diferentes escenarios de uso, ayudando a determinar su viabilidad y eficiencia en el largo plazo.
EL POTENCIAL DE LAS BATERÍAS DE SEGUNDA VIDA
Las entidades explican que este proyecto, iniciado hace un año, permite extraer el potencial de las baterías que ya no son adecuadas para su uso en automoción, ya que, lejos de ser inservibles, las baterías de segunda vida permiten explotar su utilidad en otras aplicaciones, generando así beneficios económicos y ambientales.
"Darles un nuevo uso antes de su reciclaje reduce la generación de residuos y mitiga la explotación de recursos naturales, como los minerales necesarios para su fabricación", explican.
Por lo que se trata de una iniciativa "coherente con la transición energética, en la que las soluciones de almacenamiento deben ser tan sostenibles como las fuentes de energía que apoyan".
En concreto, una vez que las baterías alcanzan el final de su vida útil en los vehículos eléctricos, aún conservan entre el 70% y el 80% de su capacidad. Esta capacidad residual las convierte en candidatas ideales para aplicaciones estacionarias, como el almacenamiento de energía renovable o para prestar servicios a la red eléctrica.
Al reutilizarlas, se extiende su ciclo de vida, se reduce su impacto ambiental y se incrementa la proporción de energía limpia que se integra en la red. Además, se generan beneficios económicos al reducir los costes asociados a su eliminación y al convertirlas en un activo residual valioso, añaden.
Así, con este proyecto, los sistemas de almacenamiento generados, con mayor potencia y duración que las baterías de vehículos de los que parten, permitirán el almacenamiento de energía tanto en proyectos hibridados con plantas renovables como 'stand alone', por lo que sus aplicaciones pueden ser diversas y servir para proveer servicios de soporte a la red eléctrica.
Este sistema puede estar formado por tantos módulos de baterías como capacidad de almacenamiento se quiera alcanzar, y se trata de una solución que se podría emplear tanto para dar soporte a la red eléctrica como para el ámbito industrial y residencial asociado a instalaciones de autoconsumo.
UN PROYECTO DE ECONOMÍA CIRCULAR
Por último, las entidades subrayan que este es un proyecto de economía circular que se sitúa en España. Naturgy Innovahub y Ciuden firmaron en 2023 un acuerdo de colaboración para evaluar el comportamiento de las baterías de segunda vida a lo largo de dos años de pruebas.
El proyecto se está desarrollando en las instalaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Ciuden en Cubillos del Sil (León), y sumará la participación de la 'startup' europea Octave, que se encargará de realizar el reacondicionamiento de las baterías, así como de desarrollar e integrar el software de control del sistema de almacenamiento.
Por lo que subraya el compromiso de ambas entidades con la innovación tecnológica y la sostenibilidad, especialmente en el campo del almacenamiento energético, "un pilar fundamental en la transición hacia un modelo energético más sostenible y descarbonizado".
"Este proyecto aborda uno de los grandes retos de futuro, como lo es encontrar una nueva utilidad para las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil, un residuo que está destinado a crecer significativamente en los próximos años. Sin duda, la innovación es la herramienta clave en la búsqueda de soluciones energéticas limpias para la transición en la que nos encontramos inmersos", señala el director del el área de Innovación de Naturgy, Jesús Chapado.
De su lado, el director ejecutivo del área de I+D+i de Ciuden, Javier Quiñones, indica que el royecto demuestra cómo ideas basadas en la economía circular que permiten un significativo avance en la descarbonización de la sociedad. "Los resultados de esta colaboración público-privada serán impulsores tanto desde el punto de vista mercantil, como del desarrollo en la utilización de energías renovables, minimización de la huella de carbono y de la generación de residuos".