MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El Congreso de Estados Unidos ha aprobado la Ley de Reducción de la Inflación, normativa clave en materia de impuestos, clima y salud, con una dotación de 433.000 millones de dólares (426.387 millones de euros al cambio actual) y que incluye ayudas de 7.500 dólares (7.385,5 euros) por la compra de un coche eléctrico, siempre que sea fabricado en una planta estadounidense.
La ley, que fue primero aprobada por el Senado el pasado día 8 de agosto, destinará unos 369.000 millones (363.364 millones de euros) a seguridad energética y cambio climático durante los próximos diez años, con el objetivo de disminuir los costes de la energía, aumentar la producción limpia y reducir las emisiones de carbono en un 40% para 2030.
Esta iniciativa contempla ayudas de 7.500 dólares (7.385,5 euros) por vehículo para la compra de nuevos modelos eléctricos, mientras que los incentivos a la adquisición de eléctricos usados ascienden a 4.000 dólares (3.938,6 euros).
Sin embargo, se incluyen ciertas restricciones como que los nuevos vehículos no pueden superar el precio de 55.000 dólares (54.156 euros) en el caso de los turismos y de 80.000 dólares (78.772 euros) en el caso de furgonetas y todoterrenos.
Además, para poder acogerse a las nuevas subvenciones públicas, los vehículos deben fabricarse en Norteamérica y a partir de 2023, los modelos con baterías que tengan componentes chinos no podrían recibir las ayudas.
CRÍTICAS POR PARTE DE LOS FABRICANTES
La Alianza para la Innovación en la Automoción, que representa a los grupos automovilísticos en Estados Unidos, criticó que los requisitos de las desgravaciones fiscales para los vehículos eléctricos harán que la mayoría de los vehículos no puedan acogerse inmediatamente al incentivo.
Actualmente, hay 72 modelos de vehículos eléctricos disponibles para su compra en Estados Unidos, entre los que se encuentran eléctricos puros, híbridos enchufables y de pila de combustible. El 70% de esos vehículos eléctricos dejaría de ser elegible inmediatamente cuando se apruebe el proyecto de ley y ninguno tendría derecho a la totalidad de las ayudas cuando entren en vigor los requisitos adicionales.
Los fabricantes, en un comunicado, apuntaron que es "una oportunidad perdida" en un momento "crucial" y señalaron que pondrá en peligro el objetivo de alcanzar hasta un 50% de ventas de vehículos eléctricos en 2030.
Pese a todo, la Alianza señaló que se trata de una iniciativa de gran envergadura y el Gobierno tiene "un papel que desempeñar" a la hora de establecer las condiciones adecuadas para el liderazgo y el éxito mundial. Los créditos fiscales para la fabricación y la financiación de subvenciones ayudarán a acelerar la conversión de la base industrial nacional que se está llevando a cabo.
Sin embargo, las acciones de otros fabricantes, como la firma de eléctricos Tesla, tras la aprobación del proyecto de ley por parte del Senado, subieron hasta un 5,3%.
"Para que una transformación como esta tenga éxito, deben existir muchas políticas de apoyo que escapan al control de la industria automovilística: nuevas cadenas de suministro que incorporen aliados de seguridad nacional, incentivos fiscales utilizables para la fabricación y el consumo, agilización de los permisos para la minería de minerales críticos y el procesamiento relacionado, y una infraestructura de carga ubicua en todo el país", explicó la asociación.