En julio de 2014 Feelcapital se convirtió en el primer Robo Advisor regulado. Para los no iniciados, un Robo Advisor es una herramienta financiera digital que proporciona un asesoramiento en materia de inversión basado en algoritmos con una mínima intervención humana. Esta definición de Investopedia incide en que una de las características principales de estos sistemas robóticos es que permiten crear y hacer seguimiento de un número infinito de carteras distintas y de manera individual a un menor coste. Algo que ninguna entidad financiera podría hacer con humanos, por el altísimo coste que conlleva, pero sí con algoritmos.
En el caso de Feelcapital, su sistema se basa en una serie de algoritmos cuadráticos encadenados frutos de la aplicación de la Teoría Moderna de Carteras de Markowitz, matemáticas financieras y las ventajas de las nuevas tecnologías como el Cloud Computing y el Machine Learning.
Este Robo Advisor, al igual que los pioneros americanos, pretende dotar al inversor de un servicio de asesoramiento automatizado y eficiente de su cartera de inversión mediante un proceso en el que se tiene en cuenta el perfil de riesgo del inversor, su psicología financiera y, a diferencia de los Robo Advisor norteamericanos que asesoran sobre ETF, un selector de fondos de inversión, debido a la fiscalidad española.
De esta manera consiguen adecuar las inversiones en los mercados financieros a las necesidades del inversor, canalizando las propuestas de cartera a través de los fondos que el sistema considera más apropiados en cada momento.
La propuesta de cartera que se realiza a cada inversor está monitorizada de forma continua y la herramienta mediante los algoritmos plantea los cambios que considera más adecuados a cada cliente para obtener el mayor grado de éxito en las posiciones.
En el caso de Feelcapital, este proceso para elaborar la propuesta de cartera adecuada para cada inversor se apoya en una serie de fases interrelacionadas entre sí: un cuestionario para la determinación del perfil de riesgo del inversor, un sistema que optimiza el número de fondos en cartera según la inversión, un sistema de asignación de activos y un selector de fondos de inversión que configurarán la propuesta final que recibe el cliente.
En definitiva, un sistema de asesoramiento independiente que compone las carteras en función de la tolerancia al riesgo y su horizonte temporal atendiendo a los resultados históricos.
En los últimos tiempos hemos visto cómo diferentes entidades financieras han lanzado lo que erróneamente denominan Robo Advisor, ya que no cumplen en ningún caso la función de estos asesores robóticos, ni en cuanto a su objetivo ni a su independencia. Este ejemplo lo encontramos con el erróneamente denominado Robo Advisor de Openbank, entidad del grupo del Banco Santander, en el que ofrece a sus clientes 5 carteras gestionadas por la gestora Blackrock. El problema es que estas carteras están compuestas por fondos de inversión de la propia gestora, por lo que se convierte en un selector de producto, lo que sin duda desvirtúa el término de independencia que tanto ha costado conseguir.