No son criterios excluyentes, una y otra se pueden combinar en una cartera
La gestión de activos, desde el punto de vista de la medida de sus resultados y composición frente a un índice de referencia, se ha enfocado bajo dos posibilidades: gestión pasiva y gestión activa.
Gestión Activa
La gestión de la cartera se ordena para alcanzar una rentabilidad superior a la de su índice de referencia (generar alpha), principal objetivo de la gestión activa.
En función de la situación y perspectivas de los mercados, se determinarán las bandas de duración y exposición, pudiendo establecer estrategias de infra ponderación o sobre ponderación de activos bien en contado o mediante derivados (por ejemplo, futuros financieros).
Se construye una cartera con una distribución de activos que, cumpliendo una restricción de desviación máxima respecto al índice de referencia (conocido como 'tracking error' máximo), permita alcanzar el objetivo establecido.
La combinación de activos teniendo en cuenta su riesgo y correlación deberá tener una estimación de riesgo igual o inferior que el índice de diferencia y un exceso de rentabilidad positiva.
Un método alternativo al 'tracking error' consiste en establecer niveles máximos y mínimos de duración para los fondos de Renta Fija y Exposición o Beta para los fondos de Renta Variable.
Gestión Pasiva
Construir una cartera que replique el índice de referencia de la manera más barata para conseguir el mismo comportamiento que el 'benchmark', con independencia de las circunstancias del mercado.
Su objetivo de rentabilidad es el mismo que el de su índice y recibe el nombre de gestión indexada o indiciada.
Se ajustan las entradas y salidas de los valores del índice para replicarlo fielmente y obtener un 'tracking error' lo más próximo a cero posible. También se recompone la cartera en función de las suscripciones o reembolsos que haya en el fondo. La existencia de derivados facilita enormemente esta labor.
Cualquier cambio en la composición del índice se debe reflejar en la composición de una cartera de gestión pasiva.
Como conclusión, la Gestión Activa y la Gestión Pasiva no son criterios excluyentes, una y otra se pueden combinar en una cartera pero siempre teniendo claro que en las carteras activas puedes diferenciarte de tu índice de referencia en positivo o en negativo y que, en el caso de la pasiva, siempre lo vas a hacer peor que tu índice según los costes que te cobre el fondo.