Un billete verde más fuerte encarece las importaciones, exacerbando la inflación
Comprar en Estados Unidos es cada vez más caro, sobre todo para los turistas japoneses y chinos. Y esta vez no es la inflación la que causa problemas, sino la fortaleza del dólar. Y las molestias que está creando van mucho más allá de esos turistas de compras. El billete verde está en su nivel más alto en 10 meses en relación con una cesta de monedas asiáticas grandes y pequeñas. De hecho, es tan alto que los bancos centrales japonés y chino han hecho declaraciones en las que advierten que están preparados para defender sus divisas.
Las fuertes caídas del yen japonés (JPY) y del yuan chino (CNY) son un problema para las economías de esos países. Dado que la mayoría de las materias primas se cotizan en dólares, un billete verde más fuerte encarece las importaciones, exacerbando la inflación. Y es probable que esta fortaleza del dólar estadounidense se mantenga durante algún tiempo. Ello se debe a que la subida de los tipos de interés en Estados Unidos ha contribuido en gran medida a la fortaleza del dólar (porque unos tipos más altos aumentan el atractivo de una moneda para los ahorradores e inversores internacionales). Es probable que el menor crecimiento, sobre todo en China, no haga sino avivar aún más ese repunte. Además, los últimos datos económicos muestran que las economías del Reino Unido y de la eurozona están empezando a ralentizarse, por lo que es probable que los bancos centrales de esos países se vean sometidos a una presión cada vez mayor para bajar sus tipos de interés.
Así pues, es probable que el dólar estadounidense mantenga su ventaja en los tipos de interés (y su fortaleza relativa) en el futuro inmediato. La fortaleza del dólar es estupenda para los estadounidenses que viajan al extranjero. Pero para los inversores hay sensaciones mixtas. Podríamos plantearnos comprar dólares, quizá frente al euro o la libra esterlina, esperando que siga subiendo. O también podríamos considerar la compra de acciones de empresas que exportan a EEUU, evitando al mismo tiempo las empresas estadounidenses que exportan internacionalmente: sus productos costarán mucho más en el extranjero, después de todo, y eso podría debilitar su demanda. Las empresas estadounidenses de pequeña y mediana capitalización tienden a ser más grandes en su país y se benefician más de una divisa más fuerte que las empresas estadounidenses más grandes.