¿Qué es DeFi y cómo funciona? ¿Cuáles son sus beneficios y riesgos?
DeFi ha sido uno de los principales impulsores del resurgimiento de las criptomonedas en 2020. Aún así, sigue siendo una de las áreas más opacas de la industria para el mundo exterior. Entonces, ¿qué es DeFi y cómo funciona? ¿Por qué ha crecido tanto este año y se ha vuelto tan influyente en el mercado de las criptomonedas en general?
Voy a ir redactando una serie de artículos para proporcionar una explicación detallada de como funciona esta nueva industria y como aplicar estos conceptos a la realidad. Por ello, voy a utilizar el protocolo DeFi Balancer, el cual es es una de las grandes herramientas del ecosistema DeFi de Ethereum, centrada en la creación automática de mercados, usando para ello pools de liquidez y ofreciendo capacidad de intercambio de monedas de formas descentralizada (DEX), como ejemplo para desarrollar las principales aplicaciones de lo que hay y nos va a venir.
DeFi: que es y como funciona
El término "Finanzas descentralizadas" (DeFi) cubre los servicios financieros realizados en una cadena de bloques (en inglés, blockchain). DeFi son servicios financieros sin una autoridad centralizada. Implica tomar elementos tradicionales del sistema financiero y reemplazar al intermediario con un contrato inteligente. También podemos describirlo como la fusión entre los servicios bancarios tradicionales con la tecnología blockchain, en términos sencillos.
Entonces, para que DeFi funcione, necesita una infraestructura descentralizada para funcionar. Aquí es donde entra en juego la cadena de bloques de Ethereum. La cadena de bloques de Ethereum es una plataforma de bricolaje/lego para aplicaciones descentralizadas (DApps).
En la actualidad, la mayoría de los protocolos DeFi operan en la cadena de bloques de Ethereum, aunque algunos ya han migrado a otras cadenas de bloques de la competencia dado que ofrecen una mayor velocidad y escalabilidad.
¿Qué impulsó el ascenso de DeFi?
El comienzo de DeFi a menudo se remonta a la dApp MakerDAO, una plataforma que se lanzó en 2015 y que permitió a los usuarios usar criptomonedas como garantía para solicitar préstamos. Al igual que las criptomonedas tradicionales, los protocolos DeFi prometen eliminar intermediarios innecesarios. Esta visión libertaria y el deseo de que los inversores ganen dinero en un mercado eficiente sin intervencionismo han impulsado el mercado hasta ahora.
Aun así, el precursor de todo este movimiento, Bitcoinm que se creó en 2009, ya se inició como una alternativa a las finanzas tradicionales y las autoridades financieras como los bancos. Pero aunque Bitcoin estaba destinado a funcionar como dinero, todavía existen muchas limitaciones en su velocidad y escalabilidad. La funcionalidad de Bitcoin depende de una red de nuevas autoridades centrales que mantienen las ruedas girando. Estos incluyen mineros, operadores de nodos, billeteras y casas de cambio (exchanges, en inglés).
Si bien son útiles, estas autoridades han mostrado una propensión a actuar como aquellos a quienes vinieron a erradicar. Tienen poder sobre varios aspectos críticos.
Estos incluyen activos que se enumeran, clientes que pueden acceder a sus servicios y más. Un ecosistema financiero genuinamente democratizado debe ser administrado solo por la gente. Si bien Bitcoin ha dado vislumbres de esta posibilidad, se ha quedado corto y eso lo ha visto el ecosistema.
DeFi funciona como una red financiera abierta, desconfiada y descentralizada. No hay autoridades centrales y los protocolos se ejecutan mediante contratos inteligentes diseñados para eliminar el juego sucio. Esta apertura ha atraído a muchos inversores, y el valor de los tokens ahora bloqueados en protocolos DeFi está acerca a los $27 mil millones a finales de enero de 2021.