La rentabilidad por dividendo, fue una herramienta para buscar buenas oportunidades
Esta semana cada acción de Nvidia se ha multiplicado por 10 acciones. Para que una 'split' se produzca, el precio de la acción debe haberse multiplicado, como mínimo por tres o cuatro, lo que lleva a que cada acción se divida por el mismo factor. Cada acción de Nvidia, sin embargo, pasará a ser diez. Hace dos años, tanto Alphabet como Amazon dividieron cada una de sus acciones en 20 acciones.
Las tres empresas han hecho que los ratios de valoración tradicionales parezcan antiguos. La rentabilidad por dividendo, fue una herramienta para buscar buenas oportunidades. Pero Amazon nunca ha pagado dividendos y Alphabet pagará el primero el 17 de junio (de 20 centavos por acción de 175 dólares). El dividendo trimestral de Nvidia después de la división será de sólo un centavo por acción (cuatro centavos de dólar al año), cada una con un precio de alrededor de 120 dólares. Desde luego, el dividendo no es la razón para la subida de estas compañías.
La teoría dice que las bajas rentabilidades por dividendo podrían significar que los dividendos aumentarán o que los rendimientos futuros serán bajos. Esto dependerá en gran medida del precio de la acción, siendo fijo el pago de dividendo si la acción sube la rentabilidad por dividendo baja y si la acción baja la rentabilidad por dividendo sube.
La teoría ha usado para valorar acciones el valor presente de los dividendos futuros, el principio del descuento de dividendos. Los precios se mueven sólo cuando los inversores reciben noticias que cambian sus expectativas de pagos de dividendos futuros, mayores dividendos mayores precios, menor dividendo menor precio de la acción.
La realidad es que los precios también se mueven por muchos otros motivos. El valor de una acción es la suma de sus flujos de caja futuros esperados, descontados por factores como la incertidumbre de las expectativas, el coste de capital y el apetito por el riesgo de los inversores. Los cambios en cualquiera de éstos elementos se trasladarán a los precios de las acciones. En particular, si el apetito por el riesgo es alto, los precios también pueden ser altos en relación con los pagos esperados simplemente porque los inversores pueden asumir más riesgo y, por lo tanto, están contentos de recibir bajas rentabilidades. Por el contrario, si el apetito por el riesgo es bajo, los inversores pueden ser reticentes a comprar acciones incluso si los pagos esperados son altos. Esta dinámica por sí sola puede cambiar tanto las rentabilidades como los retornos potenciales, sin que los pagos de dividendos esperados cambien en absoluto.
Dónde deja eso a los Alphabet, Amazon, Nvidia, etc. Siempre se puede pensar que los analistas en la actualidad son mejores que los de ayer y que los sistemas más usados en el pasado ya no se aplican. Una recomendación más normal es que los dividendos han pasado de moda. Por lo tanto, las ganancias pueden ser un mejor indicador de las rentabilidades, ya que pueden usarse para recompensar a los inversores de otras maneras (recomprando acciones para generar una ganancia de capital, pagando dividendos en especie, etc...). Según estos criterios, estas empresas no parecen que estén caras.
Lo que puede pasar es que los inversores estén valorando un mayor crecimiento de su negocio en el futuro pero lo más probable es que vuelvan a caer en la trampa de pensar “esta vez sí que es diferente”.