Muchas personas necesitan una atención telefónica inmediata que muchas veces cuesta horas conseguir
La fusión de Caixabank y Bankia, que no será la última en el sector bancario español, no debe hacer perder de vista a las entidades financieras la necesidad de mejorar el servicio que prestan a sus clientes. Echo en falta en todo el ruido mediático que se ha producido en los últimos meses palabras sinceras dirigidas a ellos. Hasta ahora solo he escuchado que los datos operativos no están siendo buenos, lo que podría obligarles a empezar a cobrarles por tener su dinero en los depósitos, como si los bancos no cobraran ya suficiente por los servicios, muchas veces deficientes, que ofrecen.
Si no me creen, intenten ponerse estos días en contacto con su sucursal a ver si son capaces de recibir atención a la primera. El tiempo es oro para todos y aunque la digitalización está incrementándose, muchas personas necesitan una atención telefónica inmediata que muchas veces cuesta horas conseguir. Llevamos así ya demasiado tiempo…
Entiendo que el sector financiero va a sufrir un ajuste en términos de empleo y va a tener que reinventarse y plantearse nuevos objetivos, pero es su obligación empezar a poner a las personas en el centro de sus estrategias. Deben agilizar la digitalización, ser más abiertos , simplificar los procesos y ser capaces de ofrecer a sus clientes productos rentables, no depósitos que acaban costando dinero.
También podría decir lo mismo de los fondos de pensiones, productos que parecen pensados solo para el beneficio de los bancos. Si no, que alguien me explique cómo es posible que el 90% de estos productos de ahorro para la jubilación den rentabilidades negativas año tras año. Con lo incierto de la situación actual y lo que le espera a la economía de las familias, los españoles necesitan que su banco les asesore y les diga de una vez por todas qué es lo mejor para sus intereses.
Asesorar a sus clientes, ayudarles a elegir, acompañarles en sus inversiones es un trabajo que deberían hacer como parte de su prestación de servicios. Solo así podríamos aceptar que cobren por tener nuestro dinero en sus manos.
Cada vez van a quedar menos bancos, pero no podemos resignarnos a que las entidades resultantes de las fusiones nos sigan tratando como mercancía comercial.