Will Hobbs, de la gestora del banco británico, expone su teoría tras la reciente corrección sectorial
Todo lo que sube tiene que bajar, ¿verdad?. Este principio tan aplicable al campo de la Física como al de la renta variable parecía explicar la dura corrección de las tecnológicas vivida en septiembre tras su rebote desde el desplome de marzo. Sin embargo, el CIO (director de inversiones) de la gestora de Barclays, Will Hobbs, puede haber destapado la verdadera razón tras su caída, que puede adelantar otra venta masiva próximamente: el tipo real de interés.
Las acciones tecnológicas representan un 40% del Nasdaq, el índice estadounidense que más le debe a este tipo de valores.
El pasado mes de septiembre, el Nasdaq se dejó un 5% por el casi 4% del S&P 500, selectivo con una menor dependencia de los valores tecnológicos. La mayor parte de la volatilidad y las correcciones estuvo concentrada en títulos como Amazon, Apple, Alphabet (matriz de Google), Microsoft, Netflix y Tesla.
Todas ellos vienen siendo precisamente el motor del rally de las bolsas en EEUU pese a la pandemia y que algunos expertos alertaran de la desconexión entre los mercados y la economía.
¿Qué es eso del tipo de interés real? En economía, es el rendimiento neto que se obtiene en la cesión de una cantidad de dinero o capital, una vez descontado los efectos y correcciones de la inflación. En una entrevista para la CNBC, Hobbs advierte que, la subida de este tipo de interés real, especialmente en EEUU, ha coincidido con la afilada corrección de Silicon Valley. ¿Casualidad?
"Una de las teorías sobre el contexto actual de los mercados es que dependen mucho de que el tipo real de interés se mantenga bajo para siempre", explica Hobbs. "Piensen en la valoración de algunos de estos gigantes tecnológicos y en sus flujos de caja, muchas veces basados en la emisión de deuda de larga duración", añade.
¿Hay probabilidades de que el tipo de interés real suba en el corto plazo? No, pero Hobbs sugiere que no hay que descartar esta posibilidad por completo teniendo en cuenta que el ecosistema al que se enfrentan los bancos centrales en todo el mundo no tiene precedentes.
"Uno de nuestros mayores temores es que los inversores hayan o estén permitiendo que sus carteras sean arrastradas a esta especie de tornado de 'recientes ganadores', como los gigantes tecnológicos o el oro, con la esperanza de que la historia se repita", argumenta Hobbs.
"Sin embargo, la historia está trufada con ejemplos de cambios, por lo que el mensaje para los inversores es que no se dejen arrastrar por esa oleada de recientes ganadores", aduce. "También tienes que tener en cartera algunos 'perdedores', porque estás planificando un futuro que no tiene por qué repetir el pasado", concluye.