MADRID, 2 (CHANCE)
La crisis del coronavirus sorprendió a Arsenio Vilallonga, ingeniero de telecomunicaciones, enfrascado en el proyecto por el cual dejó atrás una exitosa carrera, desarrollando y poniendo en marcha sistemas de vigilancia y seguridad por todo el mundo: montar su propia empresa centrada en crear tecnología para la casa. El confinamiento decretado para frenar los contagios puso en evidencia la utilidad de la invención en desarrollo: un sencillo dispositivo que conecta nuestro móvil al telefonillo de casa.
"Trabajamos en aplicaciones que facilitarán el día a día en muchos hogares, pero elconfinamiento, y en especial el aislamiento de personas mayores, nos alertó sobre las ventajas que nuestra tecnología podría aportar en la situación tan complicada que vivimos. Muchas personas mayores o con movilidad reducida no llegan a tiempo o no oyen bien el telefonillo, sin embargo, todas ellas llevan su móvil con ellos", explica Arsenio Vilallonga, consejero delegado de Qvadis Innova.
Trasladar el telefonillo al móvil hace posible que las personas mayores o con movilidad reducida puedan hablar con alguien que llame al portal de su casa y abrir la puerta sin moverse del sofá o levantarse de la cama, solo con descolgar una llamada en su móvil.
El sistema es sencillo: cuando alguien pulsa el botón de nuestro piso en el portero automático, en nuestro móvil suena una llamada. Solo con responder, como si se tratara de una llamada normal, se habla con la persona que está en el portal, igual que si hubiéramos descolgado el telefonillo, y simplemente deslizando el dedo por la pantalla podemos abrir la puerta del edificio.
Su instalación no requiere obras en el edificio, no hay que sustituir el portero automático del portal, tan solo se cambia el telefonillo interior de la vivienda y se descarga una App en el móvil.
Como indica Arsenio Vilallonga, "actualmente hay otros sistemas muy parecidos, pero ninguno de ellos es compatible con los telefonillos tradicionales y ha de cambiarse la instalación entera del edificio, lo cual lo hace más complicado, pues se necesita el acuerdo de la comunidad de vecinos y supone un desembolso importante y retirar sistemas que siguen funcionando después de 20-30 años".
STARTUP DE INNOVACIÓN EN DOMÓTICA
La génesis de Qvadis es la historia de un emprendedor que hace unos años tuvo una idea mientras asistía a una feria de tecnología en Las Vegas. Hasta entonces, Arsenio Vilallonga había recorrido el mundo trabajando en empresas de alta tecnología especializadas en seguridad y vigilancia, y decidió dejarlo todo y apostar por su idea. Comenzó a diseñar y probar prototipos de su invento en casa. "¡Cómo había echado de menos volver al cacharreo todos estos años de multinacional! Enseñaba mi invento a posibles inversores: una maraña de cables y circuitos en una bandeja, con una RaspberryPi y una pantalla táctil, todo ello conectado a un telefonillo y a Internet. Funcionaba genial. ¡Era viable!".
Proyecto en mano, Arsenio descubrió que una invención similar ya había sido registrada y "dormía" en un cajón de la Universidad. "Después de tantos años me sorprendió gratamente recibir la llamada de Arsenio, antiguo compañero de la Escuela, interesándose por transformar nuestra invención en un producto. Es una satisfacción el que alguien haga llegar esta solución a la sociedad. Estamos seguros de que realmente ayudará a muchas personas, y más en la situación actual", explica Cristina A. Urdiales, profesora de Electrónica de la Universidad de Málaga.
Adquirió la patente, y nació Qvadis Innova, que transformó la invención de Arsenio en un producto industrializable, con producción en España, haciendo posible hoy convertir el móvil en el telefonillo de nuestra casa.
Como en la mayoría de los casos de emprendimiento, el principio no fue fácil y Arsenio tuvo que recurrir a familiares y amigos para arrancar su proyecto. Ahora ya es una realidad, en 2019 ya realizaron las primeras instalaciones y los primeros usuarios hablan de 'el telefonillo del siglo XXI'. "Es emocionante ver cómo todos nuestros esfuerzos merecen la pena, y más emocionante pensar que podemos ayudar a personas que pasan mucho tiempo en casa, que les cuesta llegar al telefonillo tradicional y sobre todo cuando ahora, confinados, esa necesidad se hace más evidente. Es nuestro 'granito de arena' en estos duros tiempos en los que nuestra obligación, la de ingenieros e investigadores, es hacer la vida más fácil a la población más vulnerable. Ya vendrán tiempos para sofisticar nuestro invento. Ahora toca ayudar".
Además del aval científico de la Universidad de Málaga, Qvadis One cuenta con el apoyo de la Empresa Nacional de la Innovación (ENISA), entidad estatal que fomenta proyectos, emprendedores y empresas "con capacidad para transformar e impulsar nuevos modelos económicos y empresariales", buscando "nuevas formas de conectar la tecnología con las necesidades humanas".