Expertos piden a los líderes mundiales medidas para reducir la contaminación atmosférica previa al COVID-1

Europa Press | 24 abr, 2020 17:53
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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO - Archivo

MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

Expertos en salud pública instan a los líderes mundiales a acometer de manera efectiva una política para mejorar la calidad del aire tras la crisis del coronavirus, una vez que varios estudios mundiales de Estados Unidos y Europa reflejan que el daño a la salud infringido a las personas por la contaminación del aire está elevando la tasa de mortalidad del COVID-19, de modo que la población que vive en zonas con altos niveles de contaminación atmosférica tiene más probabilidad de sufrir sus peores efectos.

El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, Center for Research of Energy and Clear Air) ha compilado las recientes investigaciones científicas que sugieren que la contaminación empeora los efectos y aumenta el riesgo de contraer el COVID-19.

La contaminación del aire ya es de por sí un riesgo importante actual para la salud ya que conduce a un aumento de la mortalidad y de enfermedades cardiovasculares y pulmonares. Ahora, con el confinamiento se ha reducido la contaminación del aire el todo el mundo, según muestran imágenes de satélite de distintos países del mundo.

Precisamente, algunos gobiernos nacionales y regionales están aprovechando este periodo para aplicar medidas que a largo plazo provean a sus ciudadanos de un aire más limpio a largo plazo, mientras otros están flexibilizando los reglamentos que protegen la calidad del aire y limitan el cambio climático.

El informe del CREA afirma que la contaminación atmosférica ha aumentando la vulnerabilidad al Covid-19 y es un factor que contribuye a las vidas perdidas por la pandemia en todo el mundo.

El centro investigador insta a los líderes políticos que trabajen para lograr un cambio sistemático a largo plazo para lograr un aire más limpio y prepararse tomando medidas para detener las emisiones mundiales.

En concreto, explica que millones de personas que previamente sufrían enfermedades crónicas o tratamientos como por ejemplo quimioterapia por haber estado expuestos en el pasado a la contaminación del aire, les está convirtiendo en más vulnerables al COVID-19.

Asimismo, un análisis de datos procedentes de ocho estudios hechos con pacientes Chinos hallaron que las afecciones severas de pacientes con COVID-19 fueron 2,4 veces superiores entre quienes tenían hipertensión; 2,5 veces entre quienes sufren de enfermedades respiratorias y 3,4 veces en aquellos que tenían enfermedades cardiovasculares.

A nivel mundial la contaminación del aire es responsable del 18 por ciento de las enfermedades derivadas de la diabetes; del 14 por ciento del cáncer de pulmón; el 34 por ciento de enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), de un 11 por ciento de los enfermedades de corazón y del 7 por ciento de los infartos, según el estudio Global Burden of Disease Study 2017.

También se encontró vinculación entre la contaminación del aire y otras pandemias previas, que provocaron síntomas severos o eventualmente la muerte a quienes contrajeron la enfermedad vírica. En concreto, análisis del SARS-CoV-1, del año 2000 también en China vincula estos factores así como otra investigación realizada por Clay también concluyó que había relación entre la contaminación del aire y la pandemia de la conocida como gripe española, en 1918. De hecho, en las ciudades americanas donde se quemaba más carbón hubo mayor mortalidad que en las ciudades vecinas con menor combustión fósil.

El director internacional del Programa y Estrategia, Salud y Cuidado sin daños, Josh Karliner, destaca que los líderes mundiales que responden ante el coronavirus que tienen la oportunidad de acometer una enorme intervención para lograr un planeta sano y una población saludable.

"La inversión post-COVID debe centrarse en la transición hacia un sistema limpio, con energías renovables y transporte que reduzcan seriamente la contaminación del aire, las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto de futuras pandemias.

El responsable de políticas de la Alianza de la Salud Pública Europea, Zoltán Massay-Kosubek, opina que la contaminación pre-crisis volverá si no se adopta una política activa.

"No hay duda de que Europa necesita ofrecer una estrategia de salida progresiva del COVID-19 que lleve a subirse a una corriente de medidas que permitan mantener la contaminación del aire hasta niveles inferiores y considerados sostenibles. En vez de retrasar los elementos clave del Pacto Verde Europeo, se debe acelerar la acción y mantener los compromisos", ha reclamado.

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