La congregación de los Legionarios de Cristo deplora y condena estos hechos
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El sacerdote Fernando Martínez Suárez abusó sexualmente de al menos ocho menores entre 1990 y 1993, según una investigación encargada por los Legionarios de Cristo, que han expresado su "profundo dolor y vergüenza por los hechos ocurridos" y se comprometen a que el acusado no tenga ningún ministerio sacerdotal público.
Esta investigación fue solicitada por la congregación el pasado mes de mayo ante las acusaciones por abuso sexual a menores presentadas contra este sacerdote, que estuvo destinado en Salamanca entre 1993 y 2016 y después de que la presentadora de televisión mexicana Ana Lucía Salazar denunciara en sus redes sociales que había sufrido abusos por parte de este sacerdote miembro de los Legionarios de Cristo cuando tenía 8 años.
El informe de los Legionarios de Cristo sobre las conclusiones de la investigación realizada por la agencia internacional Praesidium, al que ha tenido acceso Europa Press, presenta la cronología de los hechos, las deficiencias en la gestión de este caso a lo largo de las últimas décadas y las decisiones tomadas por los superiores.
En concreto, el documento determina la responsabilidad personal de Marcial Maciel que fue superior general hasta 2005 y que, según precisa la congregación, abusó de Fernando Martínez en Ontaneda y Roma en verano y otoño de 1954, cuando tenía 15 años.
Más adelante, según señala la congregación, Maciel decidió trasladarlo de un lugar a otro, aunque sabía que Martínez a su vez había cometido abusos; y desoyendo las reservas del superior territorial y la propia petición del sacerdote, lo nombró director del colegio de Cancún, donde volvió a abusar de al menos seis niñas de entre 6 y 11 años. Después, estuvo destinado en Salamanca entre 1993 y 2016.
Aunque la congregación indica que no se conoce ningún abuso cometido por Martínez después de 1993, reconoce que "al no ofrecerle una terapia profesional e impedir que tuviera contacto alguno con menores de edad, la Congregación no eliminó el riesgo de nuevos abusos y aumentó el dolor de las víctimas".
Por todo ello, la congregación de los Legionarios de Cristo "deplora y condena" los abusos cometidos por el sacerdote así como "aquellas prácticas institucionales o personales que, en este caso, pudieron favorecer o propiciar cualquier forma de abuso o revictimización".
"Junto con el padre Martínez pedimos humildemente perdón por sus actos abusivos contra menores de edad y deploramos nuestroserrores que han aumentado todavía más el dolor de las víctimas", reconoce la Congregación, que buscará la reconciliación con las víctimas.
Partiendo de las recomendaciones de la agencia Praesidium, la congregación también se compromete a llevar a cabo políticas de prevención, a colaborar con las autoridades civiles y eclesiásticas, y a dar una formación adicional a los superiores para que sepan atender a víctimas y denunciantes en el contexto de la aplicación de los estándares de "ambientes seguros".
Finalmente, ponen a disposición de otras posibles víctimas del sacerdote un correo electrónico ([email protected]) y un teléfono de contacto (+39 328 593 7082).