Ayuda a la Iglesia Necesitada, premiada por la misión de la Santa Sede en la ONU por su "defensa de los cristianos"

Europa Press | 24 may, 2019 13:50

MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés) ha sido galardonada por la misión de la Santa Sede en la ONU con el Premio Camino a la Paz 2019 por su "constante y superlativa colaboración" en la "defensa de los cristianos".

El arzobispo y observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y presidente de la Fundación Camino a la Paz, Bernardito Auza, ha resaltado el trabajo de ACN galardonada como "la organización líder en el mundo que pone palabras a la persecución que los cristianos están sufriendo en determinados lugares y, lo que es aún más importante, que responde con acciones".

En su discurso del pasado 22 de mayo en la gala anual de la Fundación Camino a la Paz en el Hotel Pierre de Nueva York, el arzobispo Auza dijo que "la Misión de la Santa Sede no podría haber hecho lo que ha intentado hacer en defensa de los cristianos en las Naciones Unidas, si no fuera por la constante y superlativa colaboración de ACN".

Para el arzobispo, ACN es "como una voz que clama en el desierto haciéndose eco de las voces de los cristianos que piden ayuda". Además, destacó su Informe de Libertad Religiosa en el mundo como uno de "los mejores existentes que detallan, respectivamente, los estragos de la cristianofobia", así como la situación de la libertad religiosa en 196 países.

Auza, que cuando era un joven sacerdote recibió una beca de ACN que le permitió estudiar en Roma, destacó que la fundación pontificia "ha hecho un servicio aún mayor con todo su trabajo sobre el terreno" y, en particular, en la Llanura de Nínive en Irak, donde "está dirigiendo lo que audazmente se ha llamado un 'Plan Marshall' para la reconstrucción de casas, instituciones, iglesias y vidas en respuesta a la destrucción del Estado Islámico".

Por su parte, el presidente ejecutivo de ACN Internacional, Thomas Heine-Geldern, dijo al recibir el premio que el honor corresponde a "aquellos cristianos que, sólo por su fe, son perseguidos, oprimidos, discriminados o silenciados". "Esta noche, al prestarles mi voz, espero que su martirio sea un poco menos silencioso", deseó. Se calcula que unos 327 millones de cristianos viven en países de persecución.

También agradeció el "apoyo incansable" de sus benefactores en todo el mundo. "Existimos gracias a su extraordinario apoyo moral y económico, y no debemos olvidar que a menudo es el 'óbolo de la viuda' el que nos ayuda. Nuestros benefactores son la base sobre la que construimos puentes de fe, esperanza y caridad en apoyo a la Iglesia perseguida", aseguró.

Además, reivindicó el derecho a la libertad religiosa. "Es responsabilidad de todas las naciones y de las ONG internacionales, proteger el derecho de cada individuo a la libertad religiosa. No debemos renunciar a la lucha por la plena aplicación de este derecho humano fundamental, que está inseparablemente unido a la dignidad de todo ser humano", apostilló.

Heine-Geldern dedicó el premio no solo "a los fieles en primera línea, haciendo frente a la persecución, el odio y la violencia" sino también a los "hombres y mujeres valientes: obispos, sacerdotes, religiosas y voluntarios laicos" que "permanecen con su pueblo".

La Fundación Camino a la Paz apoya varios aspectos del trabajo de la misión de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, y también financia proyectos humanitarios en países en desarrollo. Entre los anteriores galardonados con el Premio se encuentran la reina Sofía de España, el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria; y el príncipe Henri de Luxemburgo.

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