ROMA, 25 (EUROPA PRESS)
Alfonso Murad, hermano marista brasileño y profesor de la Facultad Jesuítica de Filosofía y Teología (FAJE) en Belo Horizonte (Brasil), uno de los pensadores católicos más representativos de la eco-teología, ha puesto en evidencia que la Iglesia debe liderar el cambio que conlleva la conversión ecológica.
"Hay que incentivar a las iglesias locales y a las comunidades cristianas a asumir practicas ecológicamente sostenibles. Por ejemplo, adoptar una agricultura ecológica en sus vidas que marcaría la diferencia en la cadena productiva. O consumir solo productos que tengan un sello que garantice su sostenibilidad. O también tener conciencia sobre la cantidad de basura que se generan en las actividades eclesiales", ha apuntado en una entrevista con Europa Press a pocos días de que acabe el Sínodo de la Amazonia que se celebra en el Vaticano.
Así ha insistido en que la Iglesia debe estar a "la vanguardia" de estos gestos ecológicos y ser un "testimonio válido" en la sociedad."En todos los niveles de enseñanza se debe tener en cuenta la perspectiva ecológica como parte de la doctrina cristiana. Las catequesis deben introducir la lectura y el análisis de la encíclica del Papa 'Laudato Si, que es un texto fantástico y muy accesible a las personas", ha añadido.
A su juicio, hay que "retomar la oración de los salmos en perspectiva ecológica" y que los grupos cristianos que se van de retiro "no se queden solo dentro del edificio" sino que se recupere "el contacto con la naturaleza".
Para este teólogo, poner en práctica una verdadera conversión ecológica requiere que se sienta la "realidad de la crisis medioambiental". "Una cosa es hablar de la polución del agua y otra ver un río contaminado, verlo sucio, sin peces y sentir el mal olor que produce la contaminación", ha asegurado.
"Para sentirnos más hermanos de la naturaleza tenemos que agudizar el sentido de contemplación, el de admiración y de gratitud ante la belleza, pero también sentir indignación ante la explotación y la economía de mercado que abusa de ella", indica.
En su opinión, es necesario superar el modelo de compresión del "antropocentrismo despótico de la modernidad propio de Occidente que pone el ser humano en el centro y considera el resto de criaturas, como meros objetos". "Hemos perdido esta dimensión simbólica que otras criaturas tienen", ha lamentado.
Por eso, ha llamado a recuperar "la dimensión de encantamiento ante la naturaleza que ya está presente en la Biblia". "No se trata de volver a una concepción mítica o precientífica de la naturaleza. Pero sí de integrar algo que hemos dejado fuera", ha concluido.