La postura del país nórdico ante la crisis del coronavirus ha sido controvertida desde el principio
Suecia ya lo toca con los dedos. El coronavirus ha puesto a pensar a los distintos gobiernos y economías en formas de afrontar la crisis. Y la del país nórdico ha dado que hablar desde el primer día. Encomendándose a un confinamiento 'light' sin grandes restricciones, aseguran estar "a solo unas semanas" de la tan deseada inmunidad rebaño.
Lo dice Anders Tegnell, epidemiólogo jefe del país y arquitecto de la estrategia relajada por la que otros expertos sanitarios le han acusado de jugar a la ruleta rusa con la salud pública.
"En la mayor parte de Suecia, en torno a Estocolmo (su capital), hemos alcanzado el pico de nuevos casos y ya estamos empezando a ver los efectos de la inmunidad rebaño", destaca Tegnell en declaraciones a la CNBC. "En el resto del país, la situación sigue estable", apostilla.
La inmunidad rebaño, más allá de ser uno de los términos de moda reiterado hasta su banalización, se alcanza cuando en torno al 60% de la población es inmune ante un virus. Normalmente, se logra a través de una vacuna. Ante su ausencia, algunos científicos investigan si la exposición prolongada (con su posterior recuperación) al Covid-19 lleva a la inmunidad a largo plazo.
Los números de Tegnell le dan la razón hasta el momento. Según sus cálculos, un 20% de la población de Estocolmo es ya inmune al coronavirus. "Creemos que por eso estamos empezando a ver menos muertes", reconoce. "Desafortunadamente, la tasa de mortalidad sigue siendo alta por la llegada del brote a las residencias de mayores pero ya estamos investigando su causa", asegura.
La vida sigue en Suecia. Desde los inicios de la crisis, el país ha abogado por evitar los viajes que no sean imprescindibles y el teletrabajo. Sus bares, restaurantes y pubs han ofrecido solo servicios de terraza. Y las concentraciones de más de 50 personas han sido prohibidas. Por lo demás, las escuelas para menores de 16 años han seguido abiertas y sus habitantes han seguido adelante con su rutina.
En países como España la llave del desconfinamiento la tienen los test serológicos. Diseñados para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus en el organismo, sirven para conocer con exactitud el porcentaje de población que sí tiene defensas ante el brote.
El ministerio de Sanidad español viene de repartir dos millones de estos test entre las Comunidades Autónomas con el objetivo de testar a su personal sanitario. Los primeros resultados no son especialmente esperanzadores ni en España ni en otras partes del mundo en las que se están llevando a cabo.
Wuhan es una de ellas. El lugar que vio nacer al coronavirus ha practicado estos test en 5.600 de sus médicos, personal sanitario y visitantes sanos de los centros médicos que no habían pasado anteriormente la enfermedad. Algunos de ellos ya han desarrollado anticuerpos incluso sin reconocer haber sufrido la afección. El problema es su exiguo porcentaje: solo representan entre un 2% y un 3% de los casos estudiados.